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Un problema de enfoque

La verdad es cruda y fuerte: las niñas y los niños de la región caribe están expuestos a la muerte. Es lamentable que esto sea noticia, que tengamos que hablar de estos problemas y no de los logros que hemos conseguido para hacer de su vida una experiencia más feliz. La situación es grave y, como lo señaló el presidente Petro hace unas semanas, es urgente intervenir de manera contundente. Según la Defensoría del Pueblo solo en la región caribe se han presentado 78 casos de muertes de niños menores de cinco años por desnutrición, esta situación es dramática y las estadísticas lo demuestran.

Según Carlos Camargo, Defensor del pueblo, el incremento de las muertes por esta causa ha sido del 92% con respecto al 2021, un incremento que a, todas luces, merece de una intervención inmediata. Los principales problemas que conllevan a esta situación están asociados con factores que resultan que requieren acciones concretas para su solución. Uno de estos factores nos ayuda a cambiar de perspectiva: la desnutrición infantil no solo se trata de un problema de falta de alimentos, sino que existen unos determinantes sociales que agudizan este fenómeno. Dentro de los determinantes sociales se destacan la pobreza, el acceso a servicios públicos, las condiciones prenatales, entre otros.

Es claro que los determinantes sociales son problemas históricos y que su realidad es diferente en cada región del país, es clave atender a esas particularidades territoriales e históricas de manera diferenciada, pero siempre llegaremos tarde y, entre más nos demoremos en actuar esto costará vidas, es así de sencillo. Si bien estos problemas son históricos, esto no puede ser una excusa para nuestra inacción, es en esa línea que debemos atender el llamado del presidente Petro. El gobierno tiene la obligación de intervenir de una manera distinta y de marcar límites sobre las decisiones que toma para revertir las consecuencias de estos determinantes sociales, la tarea de un gobierno del cambio consiste en transformar el enfoque: no se puede atender con bienestarina lo que es un problema complejo y que está determinado por múltiples causas, ese debe ser el principio de una acción que esté decidida a acabar con este problema, cambiar de enfoque y actuar.

En el caso particular de la región caribe resulta urgente y necesario que las instituciones trabajen de manera coordinada en la mitigación de estos determinantes sociales. Lo más urgente tiene que ver con el acceso al agua potable, crear infraestructuras que logren este cometido no puede ser parte de una promesa, sino de una realidad efectiva. Luego de ello la consolidación de acciones sostenidas en el tiempo que impliquen acceso a comida en los hogares más desfavorecidos y en las instituciones de educación. Para lograr esto es necesario descentralizar a los responsables del problema y comprender que el cambio de enfoque también consiste en reconocer que las responsabilidades son compartidas, especialmente, ante una situación en la que están en juego la vida de los niños y las niñas.

Para hacer realidad la idea de que Colombia sea una potencia mundial de la vida necesitamos consolidar un proyecto en el que las regiones vivan en mejores condiciones y esto, sin duda, no lo podemos lograr sin el reconocimiento de los complejos problemas a los que nos enfrentamos. Necesitamos audacia para reconocer los problemas y una convicción sostenida de que estos problemas se solucionan de manera integral, esto necesita de un cambio de enfoque urgente. No podemos ser tímidos ante la situación, el cambio debe empezar por las iniciativas que como gobierno debemos desarrollar con el  ICBF y las demás instituciones que son responsables de esta situación.