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A merced del Putin de turno ¿y las autoridades internacionales qué?

Hemos visto en videos de redes sociales, ataques rusos a Ucrania a objetivos civiles. Las declaraciones del Presidente Ucraniano, Volodymyr Zelensky, en las que menciona que había quedado sólo y olvidado, son ciertas. Apoyos mediáticos contra la invasión, un par de armas que son juguetes ante el arsenal ruso, dinero a cuenta gotas y una que otra negación a la operación de Rusia en espacio aéreo, los grandes soportes de la comunidad internacional. La champions, como si tuviera importancia ahora, no se jugará en Rusia, la Formula 1 tampoco sucederá allí y otros deportes, simbólicamente, se unen al rechazo. La Corte Penal Internacional (CPI) anunció que puede investigar crímenes de guerra que ocurran en Ucrania. La Organización de Naciones Unidas (ONU) pide la paz, luego de una pandemia que tanto daño nos ha hecho. Biden, como quien lanza ladrillos a una puerta blindada, anunció “severas” sanciones económicas sin intervención, a las cuales Rusia ya encontró solución. La Alianza Atlántica (OTAN), quieta en primera para proteger a sus aliados pero nunca a los que quieran aliarse como Ucrania. ¿Qué pasa entonces con las autoridades internacionales? ¿Alguien realmente manda?

Vladimir Putin se ha salido con la suya, su poderío militar envía un mensaje clarísimo a los enemigos de Estados Unidos: Podemos hacer lo que hemos temido hacer, sin limitaciones. Claro, no todos son Rusia con sus armas nucleares, pero si Rusia los protege, Estados Unidos no hará mayor esfuerzo que la diplomacia, parece ser. ¿Qué pasa si China, siguiendo los pasos de Moscú, se lanza contra Taiwán y Hong Kong? ¿Qué pasa si Corea del Norte da el paso contra Corea del Sur? ¿Qué pasa si las amenazas a Suecia y Finlandia impiden que se adhieran a la OTAN? ¿Qué pasa si China, Rusia y demás bancada anti-occidental se unen contra Estados Unidos? El hecho de que no haya juez contra Rusia, demuestra que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la competencia jurisdiccional internacional debe cambiar. No puede haber Estado, persona o institución por fuera de la inspección y vigilancia del cumplimiento de los principios de derecho internacional mayoritariamente aceptados. No puede existir quien se burle de la ley, por caprichos y estrategias y no pase nada, nadie haga nada. 

Vladimir Putin, Volodimir Zelenski y Joe Biden

Por supuesto, Estados Unidos no es el mejor ejemplo en este asunto: Irak y Afganistán, dos de sus más conocidos y sonoros lunares, le restan toda credibilidad, por citar solo un par. Sin embargo, una coyuntura como ésta, no puede menospreciarse ni tomarse a la ligera. Todas estas decisiones forjarán el futuro inmediato de la comunidad internacional y por lo que se ve, no será muy acorde al imperio del derecho internacional. En mi columna pasada muchos internacionalistas y politólogos expertos no daban un peso por la invasión a Ucrania y lo llamaban una campaña de desinformación. Sin embargo, Putin es puro ego y un líder así, no sigue reglas de la experiencia o razonabilidad. Occidente debe tomar en serio la coyuntura, re-pensar las autoridades internacionales y proponer someterse todos, a una norma internacional común, así toque vivir en autocontrol. Debemos poner la vida de los inocentes por encima de cualquier interés geopolítico, económico y militar. No más guerra, no más imperialismos de antaño e invasiones desgarrantes y desesperanzadoras; es momento que las autoridades internacionales admitan su propia incompetencia y que propongan reformas reales por fuera de intereses nacionales. En esta guerra y en las pasadas invasiones, las potencias han dejado claro que si quieren algo, nada los detendrá.

Re-Evaluemos el derecho internacional, ya que si no es preventivo y se mantiene remedial, estaremos a la merced del Putin de turno.