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En Barranquilla ¡no nos quedamos callados!

En este punto, somos muchos quienes vemos con preocupación las fallidas maniobras de un gobierno inestable, caótico e histérico, que desde que inició solo ha traído pobreza, corrupción y escándalos.

Irónicamente, las calles utilizadas por el entonces candidato presidencial Gustavo Petro como impulso para hoy estar en donde está, hoy son el escenario perfecto para millones de colombianos que nos resistimos a quedarnos callados ante el peligro de un desastre mayor en Colombia por cuenta del fracasado “cambio” que nos quisieron vender.

El fantasma de la constituyente de Petro no desaparece y ante la triste realidad de un país más empobrecido, una economía asfixiada, un sistema de salud en cuidados intensivos y una criminalidad cada vez más empoderada en los territorios, no queda más que salir a la calle, alzar la voz y marchar para defender a Colombia y evitar la destrucción de nuestra democracia.

Marcha contra el Gobierno Petro.

Estoy convencido que salir a la calle a respaldar a nuestra gente, a los empresarios, a los trabajadores y a las instituciones, es más que necesario, por la dignidad de nuestro país.

Hoy, tengo varios motivos para salir a marchar, para tomarnos las calles de manera pacífica:

- La peligrosa propuesta del Presidente Gustavo Petro de convocar una Asamblea Nacional Constituyente y las dudas sobre la mesa, tras asegurar en una entrevista, que invitaba a “mirar menos la forma que el contenido”, dejando abierta la posibilidad de recurrir a rutas no establecidas por la ley, para llevar a cabo esta iniciativa.

- La Intervención de las EPS y el inicio de una crisis provocada, que pone en riesgo la vida de millones de colombianos.

- El fortalecimiento de las disidencias de FARC, el ELN y el 'Clan del Golfo' que han entrado a las ciudades y es evidente el aumento de la delincuencia urbana.

- La paupérrima ejecución del presupuesto en los ministerios que evidencia negligencia, incompetencia y genera desconfianza.

- La incapacidad de darle frente y solución a los problemas que aquejan directamente a los ciudadanos, como el de los servicios públicos, las tarifas injustas y desbordadas del servicio de energía eléctrica en el Caribe, la problemática del agua y el incremento descomunal en el precio de la gasolina y el ACPM. 

No olvidemos los vergonzosos escándalos de corrupción que involucran a sus familiares y funcionarios de confianza. Lo que hoy nos moviliza sin importar orillas, es la ineficiencia, la torpeza y la falta de rumbo. En este punto, somos mayoría; según la última encuesta de Invamer, el 60% de los colombianos desaprueban la gestión del Presidente Gustavo Petro.

Es momento de levantar la voz, es momento de movilizarnos por la dignidad de Colombia.

¡Nos vemos en las calles!