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Superpuerto de Hidrógeno Verde, apuesta para productividad desde la Región Caribe

Si de verdad queremos conseguir el objetivo de la descarbonización de Colombia sin comprometer la estabilidad económica del país, es el momento de apostarle a megaproyectos de gran envergadura cuya vocación productiva sea precisamente potenciar las alternativas energéticas al carbón y el petróleo. En aras de contribuir a este propósito, estamos proponiendo que en Barranquilla se construya el Superpuerto de Hidrógeno Verde. 

La meta está trazada en el Plan Nacional de Desarrollo, en la denominada “Hoja de Ruta del Hidrógeno”, que plantea el desarrollo de infraestructuras portuarias habilitadas y adaptadas a la producción y exportación de hidrógeno. Una apuesta acertada a nuestro criterio dada la posición privilegiada de Colombia, que está muy próxima a vías de gran tránsito marítimo como el canal de Panamá. En este contexto, estamos convencidos de que debe considerarse la seria posibilidad de convertir al norte del país en un hub de distribución de hidrógeno verde en el Caribe. 

Sabemos los problemas que padece el actual puerto de Barranquilla. La naturaleza del río y el constante cúmulo de sedimento en sus canales de acceso hacen necesarias las recurrentes y onerosas actividades de dragado, a la vez que dificultan el tránsito de barcos de gran calado. No es nuevo para los barranquilleros las noticias del cese de actividades del puerto, algo que amenaza la actividad productiva de la ciudad y de toda la región. 

Desde hace décadas se ha barajado como solución devolver la actividad portuaria al mar Caribe, como era en las épocas del sistema portuario multimodal que a principios del siglo pasado integraba el puerto marítimo de Puerto Colombia, el ferrocarril, y el puerto fluvial en Barranquilla. Esta apuesta, bautizada como el Superpuerto de Aguas Profundas, no pretende reemplazar a su par de Bocas de Ceniza, sino complementarlo, convirtiéndose en el receptor de embarcaciones de gran calado y gran capacidad de carga de mercancías las cuales pueden ser redistribuidas tanto al puerto fluvial barranquillero, como a otros puertos de la región, integrando así un gran sistema portuario. 

Si bien este ambicioso proyecto podría encauzar el desarrollo no solo del Atlántico sino de toda la región Caribe, han pasado décadas y numerosos gobiernos, nacionales y locales, sin poderlo materializar. Estamos acostumbrados a los anuncios y promesas, pero no a los hechos cuando se trata del superpuerto. 

Creo que es el momento de dar el paso definitivo, pero necesitamos abordar el tema con un nuevo enfoque. Por eso estamos proponiendo la incursión del Superpuerto de Hidrógeno Verde en el Plan Nacional de Desarrollo, como una apuesta para impulsar la productividad nacional desde la región Caribe. 

Pensando el Superpuerto no solo como un puerto de aguas profundas, sino como el epicentro de la producción y exportación del hidrógeno verde en Colombia, cumplimos con varios de los objetivos claves del PND y del Gobierno Nacional. Y colocamos a Barranquilla, al Atlántico y a toda la región Caribe en el centro de los esfuerzos del gobierno para aumentar la productividad y alcanzar la descarbonización. 

Pero ¿qué es el hidrógeno verde? Pues el proceso sostenible y no contaminante con el que se puede generar el hidrógeno, un combustible universal, ligero y muy reactivo que se proyecta como un sustituto energético a los hidrocarburos fósiles en todo el mundo. Este proceso se hace por medio de la electrólisis, una técnica que utiliza la corriente eléctrica para separar las partículas de hidrógeno de las de oxígeno presentes en el agua (H2O), logrando así producir energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera. 

Barranquilla, y en especial en Bocas de Ceniza, está estratégicamente localizada en la desembocadura del Río Magdalena en el mar Caribe, por lo que presenta unas condiciones sui generis de insumos naturales para el proceso de la electrólisis, y por ende, para la producción, almacenamiento y exportación del hidrógeno verde. 

Bocas de ceniza tiene el acceso al agua dulce del río y además se encuentra en una zona de fuertes vientos costeros que pueden ser aprovechados para generar energía eólica, lo cual facilita la electrólisis y reduce sustancialmente los costos e infraestructura necesaria para que se de este proceso. 

El Superpuerto de Hidrógeno Verde sería entonces un puerto multipropósito, que resolverá los problemas portuarios de Barranquilla, una ciudad hija del comercio exterior que por fin tendrá como responder ante los grandes retos de un mercado mundial cada vez más globalizado. 

En este propósito tenemos un socio natural en Ecopetrol, que según palabras del propio presidente, Gustavo Petro, tiene el objetivo de consolidarse como un generador de energías limpias, en especial de hidrógeno verde. Por eso, en la reunión llevada a cabo el 10 de marzo en Santa Marta con la bancada Caribe, socializamos ante Petro este proyecto de Superpuerto, encontrando gran receptividad de su parte. 

“Ni por el chiras se puede quedar por fuera del Plan Nacional de Desarrollo”, dijo el Presidente en esa reunión, y nosotros estamos de acuerdo. Con ese aval, esperamos que en la ponencia del Plan Nacional de Desarrollo y en Plan Plurianual de Inversiones quede incluído nuestro proyecto del Superpuerto de Hidrógeno Verde, y con esto convertir a la Región Caribe en un motor de la productividad nacional.

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