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El fenómeno Francia

La jornada electoral del pasado domingo 13 de marzo dejó a mas de uno, incluyéndome, boquiabierto. Desde la barrida histórica que dio el pacto petrista a nivel legislativo, pasando por la salida de varios sonados parlamentarios que parecían indisociables de los círculos del poder, hasta las campanadas que dieron varios pre candidatos presidenciales en sus respectivas consultas, la tarde estuvo llena de sorpresas.

No obstante, quisiera detenerme en la que considero no solo fue la sorpresa de la noche sino la gran sorpresa del ciclo electoral 2022, Francia Márquez. Por más elocuentes y desgarradores que fueran los discursos lanzados por políticos establecidos de izquierda, la inclusión y representatividad que pregonaban se quedaba en eso, en un fútil saludo a la bandera de hombres empapados de falsa pulcritud capitalina que durante el grueso de dos décadas monopolizaron la corriente izquierdista nacional.

Me refiero a personajes como Jorge Robledo, Iván Cepeda y ¿cómo no? Gustavo Petro, quienes lentamente fueron mermando el purismo ideológico que en alguna vez los impulsó al poder local y legislativo a cambio de una estrategia pragmática de alianzas con sectores afianzados a fin de buscar una avenida despejada al poder presidencial. Es en este escenario, dentro del cual la izquierda se ha desdibujado en su tradicional andar, que irrumpió el “Fenómeno Francia”. Se trata de una virtual desconocida hace tan solo 1 año, que en ese corto lapso se apropió de una fuertísima voz de inconformismo frente al emperador y su nuevo traje, confeccionado con hilos de alianzas incoloras.

Esta voz de inconformismo, viene acompañado de una virtud nunca antes vista dentro de un panorama en el que Gustavo Petro prácticamente tiene monopolizado el voto progresista, Francia no fue una “ungida por Petro”. Salió a hacer campaña con voz y fuerza independiente, no calló ante los improperios de la estrategia electoral del ex mandatario capitalino y arrastró un caudal electoral sin precedentes para una candidata con tan poco recorrido en las vicisitudes del juego electoral colombiano.

Por más que algunos actores intenten menospreciar sus resultados, haciendo uso del comparativo porcentual de las votaciones del Pacto Histórico, lo cierto es que Francia, innegablemente se llevó una tajada inmensa del voto de opinión con el que Petro ha venido contando desde que increpó en el panorama político nacional.

Realmente no resulta extraño, la derecha en este país lleva años impulsando un discurso en el que se caracteriza a los votantes de Petro como “vagos descerebrados” que seguirían a su mesías hasta las puertas del purgatorio, pero la presencia de un sector electoral educado, afín con las ideas de izquierda es una realidad inescapable. Precisamente fueron estos votos los que conquistó Francia Márquez, los votos de un sector que vio cómo su líder comprometía los principios por los que pregonó lucha durante más de dos décadas, en su insaciable búsqueda por la presidencia.

Para muchos no será noticia bien recibida la consolidación de un nuevo líder fuerte en la izquierda, pero la realidad es que a Márquez la dejaron fuera de la lista de invitados para la cena y con autoridad llegó al restaurante, jaló una silla y solita se le sentó de frente a los pesos pesados del progresismo nacional.

Nos guste o no, tenga las credenciales o no, el Fenómeno Francia es real y todo apunta a que vino para quedarse.

Francia Márquez.