El hecho de que 65 bufetes y 47 abogados colombianos sirvieran de intermediarios ante la firma panameña Mossack & Fonseca para abrir 1.342 empresas offshore y fundaciones que pagaron más de 50 millones de dólares solo por su inscripción, da cuenta de la magnitud de los negocios que este gremio gestiona en dicho paraíso fiscal.