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IA y el Derecho: reto para abogados del Caribe colombiano

En los pasillos de los juzgados de Barranquilla, en las oficinas de los abogados y hasta en los cafés donde se discuten estrategias legales, hay un tema que cada vez gana más protagonismo: la Inteligencia Artificial (IA). Y no es para menos. Esta revolución tecnológica ha llegado para quedarse y, nos guste o no, los abogados del Caribe colombiano tenemos que aprender a convivir con ella.

Por generaciones, el Derecho ha sido una profesión basada en la interpretación humana, el análisis de normas y la argumentación persuasiva. Sin embargo, la IA está transformando esa dinámica. Herramientas como ChatGPT, algoritmos de análisis jurídico y plataformas de automatización documental están cambiando la forma en que se investigan precedentes, se redactan contratos y hasta se gestionan litigios.

Para algunos colegas, esto representa una amenaza. "Nos van a reemplazar las máquinas", dicen con preocupación. Pero la verdad es que la IA no viene a quitarnos el trabajo, sino a modificarlo. Así como en su momento el uso del computador reemplazó la máquina de escribir y agilizó los trámites, la IA está aquí para mejorar nuestra eficiencia, no para eliminarnos del mapa.

El ejercicio del Derecho en nuestra región tiene características propias. Aquí, la oralidad sigue siendo fundamental en los procesos judiciales, la cercanía con el cliente es clave y muchas veces la experiencia pesa más que la tecnología. Sin embargo, no podemos ignorar que los grandes bufetes de Bogotá y otras ciudades ya están utilizando IA para mejorar su competitividad. ¿Nos quedaremos atrás?

La IA puede ser una herramienta poderosa en nuestra práctica. Pensemos en su utilidad para:

Redacción y análisis de documentos: Programas que detectan inconsistencias en contratos o generan borradores de escritos en segundos.

Investigación jurídica: Plataformas que buscan jurisprudencia y doctrina relevante en tiempo récord.

Automatización de tareas repetitivas: Agilización en la elaboración de poderes, demandas y memoriales.

Atención al cliente: Chatbots que responden consultas básicas y mejoran la comunicación con los usuarios.

Sin embargo, en el Caribe colombiano aún hay barreras. La digitalización del sistema judicial avanza lentamente, algunos despachos aún trabajan con expedientes físicos y hay resistencia al cambio. Pero la realidad es que la IA nos obliga a reinventarnos y a capacitarnos para seguir siendo relevantes en el ejercicio del Derecho.

El reto es grande, pero la oportunidad lo es aún más. Como abogados, debemos entender que la IA no puede reemplazar el juicio crítico, la creatividad jurídica ni la ética profesional. Nuestra función sigue siendo interpretar las normas con criterio humano y acompañar a nuestros clientes con una visión estratégica. La IA nos ayuda, pero la esencia del Derecho sigue estando en nuestras manos.

Así que, colegas del Caribe, la invitación es clara: abracemos el cambio, aprovechemos la tecnología y veamos en la IA un aliado, no una amenaza. Si nos preparamos bien, no solo seguiremos siendo indispensables en nuestra profesión, sino que además estaremos un paso adelante en un mundo que no deja de evolucionar.