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María Corina Machado transportándose en una moto.
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Motorizado que trasladó a María Corina Machado dice que secuestro “fue un montaje”

Autoridades venezolanas lo hallaron escondido en un hotel y declaró que el plagio fue una estrategia mediática.

En un giro inesperado, la historia del presunto secuestro de María Corina Machado, que fue ampliamente difundida por su equipo y varios medios internacionales, parece desmoronarse

De acuerdo con las autoridades venezolanas, las evidencias recientes indican que todo podría haber sido una maniobra orquestada por el propio entorno de Machado para generar un impacto mediático y victimizar a la dirigente opositora.

Sostienen que un elemento clave en esta revelación es la aparición del motorizado, identificado como Roalmi Cabeza Cedeño, quien inicialmente fue presentado como una “víctima” de las fuerzas del régimen tras haber recibido un disparo en el marco de la protesta. 

Según las primeras versiones difundidas, Cabeza había sido herido y su paradero se desconocía. 

No obstante, fue encontrado posteriormente escondido en un hotel y, según informes, habría admitido que todo fue parte de un montaje dirigido por el mismo equipo de Machado.

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La justicia venezolana dice que la confesión desmiente las acusaciones iniciales y pone en entredicho la narrativa impulsada por su grupo político, que buscaba denunciar una desaparición forzada. La estrategia parece haber sido clara: inflar una historia de persecución para captar la atención de organismos internacionales y reforzar la imagen de Machado como una figura perseguida por el régimen.

El gobierno venezolano ha negado cualquier implicación en un supuesto secuestro. Según fuentes oficiales, este caso no es más que un intento desesperado de desviar la atención y aumentar la tensión política en el país.

“Sin embargo, lo que resulta aún más preocupante es cómo la narrativa internacional sigue difundiendo este tipo de noticias sin contar con pruebas sólidas que las respalden. ¿Hasta cuándo medios y figuras internacionales continuarán amplificando relatos que, lejos de estar fundamentados, parecen construidos más por la pasión hacia un bando que por la verdad de los hechos? La rapidez con la que se propagó esta historia, antes de ser verificada, subraya una vez más el poder de las fake news en el juego político venezolano”, indican altos mandos del gobierno de Maduro.

“En un escenario tan complejo como el de Venezuela, cabe preguntarse si la verdad sigue siendo el objetivo de quienes informan o si simplemente han optado por convertirse en voceros de una agenda. Al final, la pregunta es inevitable: ¿Cuántas de estas historias son reales y cuántas son, como en este caso, narrativas infladas que se desploman al primer soplo de evidencia?”, agregaron.

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