De acuerdo con la Secretaría del Interior del Magdalena, la pequeña estaba bajo el cuidado de una persona con “retraso mental”, en un barrio altamente conflictivo.
“Hay que cazar a los malditos que matan y violan a menores indefensos, para hacerles pagar de manera ejemplar y contundente”, afirma el abogado y columnista.