Miguel Ángel Arrieta Mendoza, 'El Pibe soledeño', era un líder muy querido en el área metropolitana de Barranquilla, reconocido por su trabajo social. Su epicentro de trabajo comunal era el barrio Villa Adela.

Su vida acabó en la mañana del viernes 17 de marzo. Hombres en moto llegaron a su taller de bicicletas en el barrio Villa Adela y lo asesinaron de varios disparos. En su sepelio, un día después lo acompañó una multitud de vecinos y amigos de lucha social.

Frank Epalza, un compañero comunal de Soledad lo destaca como un "connotado líder, un verdadero líder social, una de las mejores alternativas de los soledeños" en ese municipio. 

El trabajo de 'El Pibe soledeño’ se centraba en la defensa de los niños y de los adultos mayores. Para los primeros, por la falta de parque en la zona, un lote que queda frente a su casa, a pocos metros del lugar en donde se produjo el atentado, construyó un improvisado parque.

Los juegos mecánicos que utilizan los niños de ese sector de Villa Adela los fabricó Arrieta Mendoza con tubulares con los que reparaba bicicletas.

Epalza recuerda que el 17 de marzo una amiga lo llamó hacia las 8:30 de la mañana, para darle la triste noticia.

Quince días atrás se habían reunido y 'El Pibe' le expresó su preocupación por la creciente descomposición social en Soledad. Hablaron de "las mafias" en ese municipio (el sicariato y la clase política local). El líder le confirmó que en octubre iría nuevamente con candidato al Concejo de Soledad, por el Pacto Histórico.  Cuatro años atrás había aspirado por la Unión Patriótica y Colombia Humana.

El día de la muerte del ‘Pibe’, sus amigos de lucha le hicieron un llamado al Gobierno nacional para que pusiera la mirada en lo que pasa en Soledad y lo que aconteció con Arrieta. Sin embargo, no ha sucedido nada. No hay resultados de la investigación y no hay capturas.

Hoy ven en el Estado a un cómplice que no ha respondido a sus requerimientos. Un mes después no se sabe si Arrieta murió por su lucha social o si había sido víctima de la delincuencia, concretamente de las bandas de extorsionistas, de lo que ya había conversado con sus amigos.

“¿Si extorsionan a los vendedores ambulantes, por qué no al Pibe en su taller de bicicletas?”, dicen.