Óscar Mercado Ojeda
Óscar Mercado Ojeda
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“Era un trabajador modelo, de esos que todos queremos tener en nuestras cuadrillas”

“Siempre responsable y dispuesto al servicio”, dicen sus compañeros.

Pensar que es un soplo la vida.

Óscar Mercado Ojeda construía sus sueños, en medio de la basura, cuando recogía bolsas de desechables dejadas en las puertas de sus casas o negocios por los habitantes de Barranquilla.

La muerte le llegó a los 39 años cuando presagiaba una noche tranquila de ley seca en la Arenosa, víspera de la segunda vuelta presidencial.

Cuando hacían una parada, a las 11 y 45 de la noche, en la carrera 43 con calle 70, insperadamente un carro golpeó en forma brutal al camión recolector en la parte trasera y Óscar quedó aprisionado, perdiendo sus piernas.

Después, en medio de la guerra de ambulancias, fue recogido por una de estas y no fue llevado de urgencia a las clínicas cercanas: Santa Mónica, San Martín, la Asunción, entre otras, sino a Vidacoop, localizada en la calle 65 con carrera 27. Atravesaron media ciudad y Óscar se fue desangrando, perdiendo también minutos vitales.

En este accidente, materia de investigación, Óscar no solo perdió las dos piernas, sino la lucha contra la muerte. El domingo, en horas de la tarde, se apagaron sus sueños y de gran parte de su familia.

Con mucho orgullo prestaba sus servicios en Aseo Técnico.

Había nacido un 19 de febrero en el municipio de Baranoa y pertenecía a un hogar de  4 hermanos. La familia era lo más importante para él, por eso cada vez que tenía oportunidad no dejaba de hablar de sus grandes tesoros: sus hijos Estefanía del Carmen y Sebastián Andrés, y de su compañera María del Carmen.

El sábado 16 de junio, como era ya costumbre, salió a las 4 de la tarde de su casa en el barrio Los Carruajes, en el  municipio de Galapa, tomó su turno al lado de sus compañeros y se embarcó en un viaje del que para él no hubo retorno.

A ‘Pachito’, como algunos amigos le llamaban, aunque otros preferían decirle Mercado, no se le pasaba una bolsa.

En los turnos que le correspondían los días lunes, miércoles y viernes, recogía la basura en el barrio Los Pinos; cuando el turno era martes, jueves y sábado cubría la zona comercial, calle 72, calle 70, carrera 41 y carrera 67. 

Ya eran 6 años al frente de esta ruta nocturna en la que como el mismo aseguraba, todo quedaba reluciente como una ‘tacita’ de plata.

En Aseo Técnico todos coinciden en que Óscar  era un buen hombre. Un modelo como persona y como padre. Era de los pocos que no tenía remoquete o sobrenombre entre sus compañeros, como coloquialmente acostumbran a apodar en el gremio.

La tristeza se siente hoy en medio de esa gran marea azul de operarios de barrido y de recolección. Sin proponérselo, Oscar dejó una huella entre sus compañeros.

¡Paz en su tumba!

 

 

 

Perfil elaborado con base en diálogo con directivos y compañeros de labores