Las agencias que ofrecen estos programas en Colombia tienen precios  que oscilan entre los 50.000 y los 105.000 dólares
Las agencias que ofrecen estos programas en Colombia tienen precios que oscilan entre los 50.000 y los 105.000 dólares
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El negocio de alquiler de vientres

Una “industria sin fronteras convertida en turismo reproductivo muy lucrativo”.

Por Cecilia De Alba Narváez , Comisaria de Familia (*)

La alusión del papa Francisco al tema de la maternidad subrogada o alquiler de vientre, calificándola de práctica inhumana y deplorable coloca en el tapete el comercio transnacional de óvulos, vientres y vida de las mujeres.

Para la OMS, la maternidad subrogada es un método que consiste en que una mujer lleve adelante un embarazo acordando previamente, después del cual ella entregará al bebé a la o las personas que pagan la contraprestación. Definición simple, que oculta la cara oscura de este método mercantilizado, donde la mujer generalmente de países pobres aporta su cuerpo, su salud, sus óvulos y hasta su vida. (Contratos que controlan lo que come, hace, siente, donde y con quien estar)

Esta tecnología de reproducción humana asistida para mujeres no fértiles, surgió en el Reino Unido, donde nacen los dos primeros bebes probetas o invitros  del planeta ((Louise Brown.  1978 y Alastair MacDonald, 1979);   pero no encontró suficiente apoyo de parte del Gobierno Británico. 

En USA en 1980, se fundó el primer centro mundial de tratamiento e investigación de Fecundación asistida o en invitro. La “Clínica Bourn Hall” sigue activa en la actualidad, y desde su fundación ha ido en expansión; hasta el momento, ha ayudado a la concepción de más de 10,000 bebés. (Mata-Miranda M, Vázquez-Zapién G. 2019).

El espíritu altruista de esta técnica, se perdió cuando aparecieron las  agencias de asesorías y representación  de mujeres fértiles para rentar su vientre a parejas que más tarde adoptarían legalmente al bebé.

Esta industria inicialmente  se   mantuvo de manera semi-legal, hasta que en 1986 un  juez determinó que “La mujer no es la madre del bebé, por tanto no estaba ejerciendo sus derechos a una elección reproductiva, ella estaba proveyendo un servicio”.  Este veredicto ha sentado el precedente en legislación de diversos países para  aceptar la práctica del alquiler de vientres. (Cacho L. 2015),

Hay países donde se prohíbe y sancionan con prisión, como España, Francia, Alemania, Polonia e Italia.  Otros,  donde este tipo de gestación comercial es autorizada como Ucrania,  Grecia, Israel, India y algunos estados de Estados Unidos. En América latina, a excepción de Brasil y Uruguay, no existe ningún tipo de regulación.

 Teresa Domínguez, integrante de @stopsubrogacion, (ONG que lucha por la abolición del alquiler de vientres),  afirma que el mercado norteamericano surte en gran parte a parejas gais (40%), parejas heterosexuales (50%) y hombres solos (10%).  Pero la media mundial, según algunas investigaciones, suele ser un 50% de parejas heteros, y 50% el resto. *

Esta industria sin fronteras,  convertida en turismo reproductivo muy lucrativo, donde los intermediarios (agencias) ofrecen desde alojamiento, asesoría legal, médica y hasta catálogos de servicios, como prefabricar el producto moldeando la genética al gusto del comprador. En India y Ucrania se han conocido casos de recién nacidos abandonados por presentar discapacidades, enfermedades.  **

En Colombia,  la Constitución Política someramente en su artículo 42 reconoce igualdad de derechos y deberes a los hijos procreados con asistencia científica; fundamento utilizado por la Corte Constitucional para “autorizar” este tipo de contratos y ha ordenado al Congreso legislarlo.

Lamentablemente No se le ha dado la importancia requerida, 16 proyectos de Ley han sido rechazados; de acuerdo al observatorio de la Coalición internacional por la abolición de la gestación, en Colombia hay 35 clínicas de fertilidad, «más del 60% de las cuales se han aventurado en la práctica» de la maternidad subrogada e intentan abrir cada vez más la práctica.

Este vacío legal tiene desprotegida a nuestras mujeres pobres, que acceden a alquilar sus vientres. En las redes sociales están las ofertas y solicitudes, pero no hay acceso a los contratos. Las agencias que ofrecen estos programas en Colombia tienen precios  que oscilan entre los 50.000 y los 105.000 dólares y las madres de alquiler solo recibe un promedio de 20.000.  “Hay mujeres que han hecho el proceso hasta 6 veces, y a una de ella ni le pagaron”, resultados de investigación realizada por  egresada de la Universidad Javeriana. ***.

Urge hacer un pare a este negocio de personas, y tráfico de la niñez; en el 2023 en Colombia se presentaron más de 500 casos (informe de Caracol Noticias, 2024).

El Gobierno y el Congreso tienen la responsabilidad urgente de regular el embarazo subrogado con fines altruistas y Prohibir estos contratos de compraventa de vientres, óvulos y vida.

•    https://nuevarevolucion.es/entrevistamos-a-teresa-dominguez-los-contratos-de-vientres-de-alquiler-son-contratos-de-esclavitud-exigen-una-renuncia-absoluta-a-los-derechos-fundamentales/
***   http://abolition-ms.org/es/observatoire/colombia-2/

(*) Ceciliadealbanarvaez@gmail.com

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