Modesto Vásquez González, Gran Maestro de la Radiodifusión Cubana, exdecano del Colegio Nacional de Locutores de su país, escritor, productor, libretista, compositor, creativo (conjuntamente con el mejicano Rafael Cutberto Navarro ideó al superhéroe de los años 70, Kalimán, el Hombre Increible), estampó este enunciado: “Una emisora sin locutor es como una iglesia sin cura”.

Tan histórica como reflexiva oración, bien pudiera reformarse un poco para resaltar la importancia de un profesional que ha contribuido al desarrollo de la actividad radiofónica colombiana y, entonces, expresar: “Una emisora sin control de sonido es como una parroquia sin sacristán”, entendiéndose a éste como el misario, el ayudante complementario del locutor en la iglesia del aire.

El ingeniero de sonidos, el responsable de los artificios sonoros, el nivelador de audio, el control de sonidos o, simplemente, el control (sin más eufemismos) es el operador del equipo técnico de una estación de radio, encargado de la emisión al aire de la oralidad y la musicalidad que se produzcan al momento de su turno.

El primero de abril se celebra en Colombia el Día Nacional del Radioperador, fecha onomástica dedicada a encumbrar a dicho servidor, en ocasiones anónimo, quien se desvive diariamente por ofrecer un trabajo mejor.

En nuestro país el surgimiento de la figura del control u operador de sonidos va paralelo a la génesis misma de la radiodifusión comercial, 8 de diciembre de 1929, en Barranquilla, cuando el ingeniero eléctrico Elías Pellet Buitrago lanzó al aire la primera emisora comercial, la Voz de Barranquilla, HKD.

Ahí, en ese instante, se encontraba al lado del Precursor Radial un muchacho onceañero, Donaldo Elías Molinares Durand, vecino del gestor, quien se convirtió en su auxiliar para las conexiones eléctricas, instalación de cables y programar las canciones que requiriera para las pruebas al aire de la incipiente emisora. Lograda la confianza del fundador, el joven Molinares se erige como el primer operador de la radio comercial colombiana.

Donaldo Elías Molinares Durand nació en Barranquilla, 27 de agosto de 1919, en pleno Barrio Abajo, en calle del Sello Nacional (44) entre las carreras (callejones Primavera y Topacio) 52 y 53; cursó Bachillerato en el Colegio Barranquilla para Varones. Durante diez años continuos ejerció como operador de la Voz de Barranquilla.

 

 

Jorge Elías Molinares Jabba, hijo mayor de los seis que tuvo don Donaldo con su esposa, doña Olga Jabba, complementa el relato de la gesta del primer operador de la radio comercial colombiana, la que compartió con dos jóvenes más de la época, destacados posteriormente en sus actividades como fueron Tomás Emilio Alba Garzón, empresario radial y sobresaliente locutor y Carlos Fernández Garay, locutor y luego director de Emisora Atlántico por casi tres décadas.

 

 

Los pasos de Molinares Durand fueron seguidos por una legión de voluntariosos hombres, cuyos servicios utilizaron las subsiguientes emisoras, en la medida en que salieron al aire.

Se menciona, sin orden cronológico, a estos radioperadores: Eduardo Rojas Dávila (+), Juanchito Pernett, Alberto Suárez López, Pedro Vasallo, Luis Samper Alvarez, Héctor Escorcia (el Brujo), Eduardo Dávila Santiago, José Diaz Sánchez, Antonio Montoya (Montoyita +), Carlos Meza Castro, Orlando Rangel (el amiguito), Octavio Manuel Puerta, Rafael Rivera, Alfredo Molina Coronel, Salomón Narváez Nuñez, Armando Figueroa Navas (+), Ramiro Vera, Dagoberto Castro Salcedo, Jorge Jiménez Martínez, Nicolás Gómez, Max Santamaría, Edgar Borja Quintero (el Cachaquito), Carlos Olaya (el Tolimense), Raúl Zabala Causil, Balmore Galindo, Jairo Castro, Félix Peña Santiago (+), Judith Márquez Algarín, Edgardo y Jaime López, Carlos Navarro Pérez (el Bendito +), Elizabeth Trujillo, Jorge Patiño (el Pajarito).

Consagrados operadores testimonian su agradecimiento a la radio.

 

 

 

 

La fuerza callada de la radio, la que hacen sentir los operadores, cada día se repotencia, imponiéndose de manera avasalladora y con nueva y moderna tecnología.

Para destacar a otros fieles servidores: Orlando Gutiérrez Serrano, Alberto Martínez Cervantes, José Luis Samper Elles, Jaime de las Aguas Castro, Álvaro González, Roberto Orozco Elles, Julio Burgos Dáger, Narciso Barrios Martínez, Alberto Natera, Alfonso Niño Jiménez, Iván Meza Echeverría, Henry Donado, Enrique Noguera Durán, Carlos Miranda Barrios (el Cholo), Josué Vargas Palacio (+), Miguel Emiro Vital, Daniel Pereira Pérez (el Manso), Ubaldo Conde, Freddy Berrío Correa, César Andrade Mendoza, Adolfo Ferrer, Sosy Sánchez, Merly Portaccio Fontalvo(+).

 

 

 

La galería de operadores de sonido destaca en su día clásico a otros grandes valores: Jorge Lezcano, Andrés Avelino Pertuz (el Canciller), Franklin Molinares, Humberto Beltrán, Víctor Buelvas, Enulfo Natera, Walberto Padilla, Wilfrido Escorcia Oquendo, Luis Alberto Escalante, Jorge Montaño, Carlos Paz, Julio César Carrillo, Enrique Rios, Jorge Wilches, Raschid Maury, Luis Martínez, Joaquín Giraldo, Jorge Pérez Castro, Ancízar Angarita, Giovanni y Reinaldo Ojeda Corro.

 

 

 

 

Seriedad, responsabilidad, dedicación y profesionalismo son los ingredientes que han enriquecido su labor como radioperadores a Joseito Barreto, Jorge Bolaño, Marlon Natera, Luis Ricardo Altamiranda.

Se hace salvedad que si algún operador no fue mencionado en este recuento, sabrá aceptar la involuntaria omisión, pero ese amigo tiene el justo derecho de ser reconocido y felicitado en su fecha clásica.

 

 

 

 

 

 

Broche de oro: Primero de abril, Día del Radioperador Colombiano en reconocimiento al trabajo de quienes permiten que todo se dé a la perfección en la puesta al aire para que el contenido del programa llegue con excelencia a los oyentes.

Operadores técnicos de sonido, a celebrar con mucho control, porque ustedes son Íconos de la radio caribeña.

* Reconocimiento por su colaboración a Juan Guillermo Illera Guerrero y su archivo radiofónico.

* Armandito Torres Gutiérrez, ingeniero y editor sonoro.

Por: Eduardo Rey Hernández-Vega

(edwardking61@hotmail.com)