La fuerte lluvia registrada esta tarde en la ciudad de Santa Marta, puso en evidencia las grandes falencias del estadio Sierra Nevada de Santa Marta. La lluvia, acompañada de una tormenta eléctrica, obligaron a retrasar el inicio del segundo tiempo del clásico costeño.

La terna arbitral comandada por el bogotano Andrés Rojas decidió proteger la integridad de los jugadores de Unión Magdalena y del Junior, por lo cual pospuso el reinicio del partido.

Sin embargo, en este compás de espera la situación se complicó cuando los camerinos quedaron inundados por el ingreso de gran cantidad de agua.

Esta situación generó dificultades a los integrantes de los equipos, además de poner en riesgo su integridad.

A lo anterior se sumó el mal estado en que fue quedando, poco a poco, la propia cancha del estadio.

Lo grave de todo es que se trata de un escenario recién construido que, tal por lo mostrado hoy, son muchos los inconvenientes que tiene por resolver.