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Érase una vez…Un dólar a $1800

Hace ya un tiempo, en el 2006, algunos empresarios vivimos con un dólar a $1.652,41 pesos, de manera esporádica y por un tiempo medianamente extenso, con un dólar a $1.800. Era otra economía, otro país, otro mundo y a pesar de que hoy el dólar casi alcanza los $4.500 pesos y la paridad con el Euro, tenemos que ver la manera de no quedarnos pasmados sin buscar soluciones a esta situación.

No es culpa de Petro, relajémonos. El Gobierno electo ha tomado medidas prudentes en la elección de ministerios que hasta el mismo Álvaro Uribe Vélez ha llamado a la calma, a permanecer en el país, a seguir trabajando por la patria. Ese mismo mensaje lo envié en mis redes sociales hace ya un tiempo, dejando claro que quedara el candidato que quedara, tocaba trabajar y trabajar por este país. Marck Zuckerbeg, por su parte, afirmó que si tuviera que apostar con alguien, esta podría ser una de las peores recesiones de la historia reciente, en la economía global. Es decir, que ni Petro, ni Fico, ni Rodolfo, ni nadie, hubieran podido contener la carrera alcista de la divisa americana por razones relacionadas con el gas, Rusia, zona euro, inflación, tasas de interés internacional y otros asuntos, ya que es un baile en el cual no tenemos ni son ni ton, a pesar de nuestro ritmo. 

Billetes de 20 dólares

Por eso, el gobierno electo debe generar todas las condiciones, todas, para que los inversionistas extranjeros que puedan traer divisas americanas y europeas decidan traerlas al país. Es una competencia no con los políticos internos, sino con los vecinos de la región, con las economías similares, con países que igual que nosotros, quieren evitar cualquier catástrofe financiera. Los pilares deben ser intocables: Seguridad jurídica, instituciones fuertes, tecnología y un ambiente propicio para los empresarios, una prioridad. Debemos llamar de manera multidiversa, sin colores de ningún tipo, a todo aquél extranjero que quiera instalarse o aprovechar el debilitamiento del peso para invertir en el país en agricultura, energía, medio ambiente, turismo y demás sectores económicos, limitando por supuesto abusos y colonialismos o capitalismos salvajes. Como empresarios y personas naturales, es momento de ahorrar, de esperar la corrección si la llega a haber y de producir lo más que podamos en nuestra moneda y ahorrar en las extranjeras, para blindar nuestro patrimonio. Los exportadores aprovechen la bonanza para ahorrar e invertir en el exterior y en el país, no desperdiciemos el mejor momento que puedan tener en su historia. Cada vez más existen medios adecuados para ahorrar en moneda extranjera, bancos novedosos y hasta tradicionales que llegan o se encuentran en el país facilitando el acceso al euro y al dólar; las criptomonedas, las famosas monedas estables (stablecoins), entre otras formas legales, seguras y accesibles, sin riesgos, que nos permitirán cruzar este momento histórico, el de un abismo de diferencia entre un dólar y un peso, que esperamos, se detenga pronto. 

No esperemos un milagro, hagámoslo. 

Mientras nos blindamos, sigamos soñando, érase una vez….Un dólar a $1.800.