El testimonio de Álvaro Pardo Palencia, aún en medio de la conmoción al volver a vivir tras ser rescatado por los soldados Carlos Andrés Caraballo Calderón y Jaime Iván Arellana Ávila, adscritos del Batallón de Policía Militar Número 2 de Barranquilla, es la experiencia de un verdadero sobreviviente.

"Estoy echando el cuento por un milagro porque los milagros existen", sentencia.

"De  pronto vino el arroyo con una violencia y me empezó a arrastrar, me arrastró en rever, me fue arrastrando, arrastrando, arrastrando hasta que me metió en una turbulencia", dijo.

Admite que en medio de la turbulencia de las aguas “perdió toda la noción temporo espacial”. “Tenía algo claro. Que no podía salir del carro".

Recordó el abogado Pardo Palencia haber leído “que cuando pasa este tipo de incidentes, uno no debe salirse del carro. Así el carro vaya golpeando porque este carro iba golpeando y me trajo acá".

En el momento en que perdía las esperanzas llegaron sus soldados salvadores. "Yo pienso que ya no tengo ninguna salvación porque nada más me quedaban como 50 centímetros del techo. Ahí se me estaba acabando el oxígeno cuando empecé a sentir unos golpes en el techo y yo comencé a sentir los golpes en el techo. Yo gritaba, sálvenme, sálvenme, sálvenme".

Fue entonces cuando “uno de los soldados de esta unidad empezó a romper el vidrio delantero. Con sus pies partió el vidrio. Bajaron una cuerda y me sacaron. O sea que yo le debo la vida a estos servidores públicos que pusieron en peligro su vida misma para salvarme".