Bailando con la muerte en sepelio de Katiusca Rangel en Santa Lucía

A Katiusca Rangel Caña, la mujer asesinada por su expareja Aldair Carreño Carreño, la despidieron con un multitudinario sepelio en el municipio de Santa Lucía, Atlántico.

La aglomeración reinó alrededor del ataúd, en medio de la pandemia del Covid-19. La mayoría de las personas sin tapabocas y sin respetar el distanciamiento social.

Además, el poco control de las autoridades municipales y la Policía, pues recordemos que los sepelios masivos están prohibidos. La emergencia sanitaria continúa y el virus no se ha ido de nuestras comunidades.

Pero, no solo hubo aglomeración. Katiusca era popular en el municipio, por bailar el género champeta.

En ese sentido, varias mujeres y hombres bailaron a ritmo de champeta alrededor del ataúd y ante la mirada de la multitud, que grababa el irresponsable homenaje en Santa Lucía.

Katiusca fue asesinada por Aldair Carreño Carreño, en el centro de Barranquilla. Su expareja le propinó siete puñaladas, como quedó grabado en un video de una cámara de seguridad.

El hombre no aceptó los cargos que le imputó la Fiscalía ante el juez, pero en su celda y a través de un video, reconoció el crimen y pidió perdón.

Zona Cero contactó al Alcalde de Santa Lucía, Rehunsen Martínez, quien afirmó que "tomaron" todas las medidas de seguridad para evitar la aglomeración, pero como se observa en el video, no pudieron contener a las personas.

Agregó que llegaron ocho unidades de la Policía y una de ellas fue colocada en la casa del victimario, para que la comunidad no causara daños a la vivienda. 

Sin embargo, el mandatario reconoció que no dispersaron la aglomeración. "Era yo meterme con el dolor ajeno, en un crimen repudiable. Dispersar a más de 100 personas, se necesita el Esmad. Además, si lo hacía iba a generar una alteración de orden público", expresó Martínez. 

En pocas palabras, según el mandatario, era "imposible" desarmar el masivo sepelio, en medio de una emergencia sanitaria. 

Queda claro que no se hizo suficiente para prevenir la multitudinaria despedida, con bailes incluidos, que se puede convertir en un foco de contagio de Covid-19.

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