Hay una mayor incidencia entre los 13 y los 15 años en el acoso tradicional y, la mayor tasa de incidencia en el ciberacoso, se alcanza de los 11 a los 14 años.
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Eldiario.com

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El ciberbullying en Colombia se sitúa en tasas del 40-70% durante los últimos 10 años

No ha dejado de crecer en el mundo.

"La prevalencia del ciberacoso en Colombia se sitúa en tasas del 40-70% durante los últimos 10 años, según el informe Ciberacoso. Aproximación a un estudio comparado: Latinoamérica y España", elaborado por Albert Clemente, profesor de la Universidad Internacional de Valencia.

En este sentido, el profesor de la VIU ha destacado que "en Colombia, donde la prevalencia es muy alta, es importante resaltar que los estudios varían mucho en sus resultados, en función de cómo operativizan o definen los criterios de temporalidad". Un ejemplo, tomando un criterio de varias agresiones al mes, la prevalencia será más baja que si sólo se pregunta por si alguien se ha sentido acosado a través de la red en el último año o los últimos seis meses.

El experto de la VIU explica que, con carácter general, se entiende la prevalencia como el conjunto de individuos involucrados en el fenómeno del acoso o ciberacoso, esto es, tanto víctimas, autores, como espectadores. Y destaca que "el ciberacoso no ha dejado de crecer y se ha convertido en una problemática presente en todas las culturas y regiones del mundo, tanto en su modalidad tradicional como online".

Según el informe, existe mayor involucración de los chicos en conductas de ciberperpetración y una ambivalencia en la variable de género en cibervictimización. Respecto a la edad, hay una mayor incidencia entre los 13 y los 15 años en el acoso tradicional y, la mayor tasa de incidencia en el ciberacoso, se alcanza de los 11 a los 14 años.

El profesor de la VIU ha indicado también que "en el ciberacoso podemos diferenciar entre factores de riesgo estáticos, esto es, aquellos que no pueden cambiar y permanecerán en el tiempo, y factores dinámicos, es decir, aquellos que sí pueden cambiar o sobre los que se puede intervenir".

"El acoso escolar acarrea dramáticas consecuencias especialmente para las víctimas, pero también para los agresores y espectadores; y el ciberacoso, considerado un nuevo tipo de acoso de tipo indirecto, no es una excepción, ya que los efectos son más graves y duraderos", -ha añadido-.

Cibervíctimas, ciberagresores y ciberespectadores 

El informe de la VIU incluye diversos estudios sobre la incidencia o número total de personas que son agresoras, víctimas o espectadoras, es decir, ciberperpetradores, cibervíctimas y ciberespectadores.

Cabe destacar que, según los estudios, el 11,3% de los encuestados ha utilizado el celular para ofender a alguien y al 5,8% le han perjudicado a través de este medio. El 3,2% ha usado Messenger para perjudicar a alguien y al 3,8% le han perjudicado; y el 3,9% reconoce que le han engañado alguna vez mientras jugaba en la red.

Resalta también que la prevalencia de la cibervictimización es muy grave en un 0,2%, grave en un 1,4% y ocasional en un 8%, mientras que la ciberperpetración es muy grave en un 0,7%, grave en un 0,7% y ocasional en un 7,3%.

El profesor de la VIU explica en su informe que en los últimos años, producto de la alarma social generada, se han construido una serie de mitos alrededor del ciberacoso "que han motivado una creencia errónea generalizada que postula que un enfoque tecnológico y de seguridad, es decir, una mayor formación y un mayor control sobre el uso de las tecnologías, redundará en una disminución del riesgo de los jóvenes".

En este sentido indica que "es cierto que el ciberacoso tiene una serie de especialidades, como el hecho de ocurrir sobre todo fuera del horario escolar, pero la investigación revela que adaptar los hallazgos sobre ciberacoso a los programas exitosos en prevención de acoso escolar, puede ser una estrategia recomendable a las políticas de corte punitivo y de tolerancia cero".

 

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