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La Cumbia de Roberto Palma, con la Reina Internacional del Carnaval 1.974
La Cumbia de Roberto Palma, con la Reina Internacional del Carnaval 1.974
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Roberto Palma, tamborero de toda la vida: sus aportes a la música de Carnaval

Acompañó al ballet de Sonia Osorio, a Totó la Momposina, Carlos Franco, Gloria Peña y “Batata”.

Por Álvaro Suescún T.

A los 93 años se ha despedido el maestro Roberto Palma. Con su música hizo altos en el camino en medio mundo, siendo animador del ballet de Sonia Osorio, también de Totó, la Momposina, de la Escuela Folclórica de Carlos Franco y del ballet de Gloria Peña. 

Hubiera sido de muchos más si hubiera querido, pero bajó las velas para asentarse en la tierra firme de su grupo de millo, al que llamó Palma africana. Alegre y bullicioso como era, solía acompañar en los desfiles de la Batalla de flores a la cumbamba “El  Gran Carajo”, de Beatriz Ospino donde estuvo durante diez años, y después a “La pollera colorá”, de MaxVisbal, durante veintitrés, y con ellos se cansó de ganar Congos de oro sucesivamente en los Carnavales de Barranquilla. 

Su   comienzo   fue   con   Juancho   De   Ávila,   cumbiambero   de Sabanalarga. En 1940 lo convenció para que se fuera a tocar el guache a "Los Corralitos", su grupo de cumbia. Cuatro años más tarde Mariano De la   Hoz,   baranoero y   dueño   del   otro   grupo   formal   de   cumbia que disputaba con La cumbia Soledeña el estrecho mercado local de fiestas y fundingues, se lo llevó para que cantara y sonara las maracas. Su ajetreo musical  era  los   días festivos, el resto   de  la semana tiraba   pala   mezclando   cemento   desde   muy   temprano.   

Fue en 1966,  estando en a cumbia de Cayetano Hernández, tenía 35 años, cuando se encontró con Paulino Salgado, el negro Batata y, poniendo a prueba susafinidades, se unieron para consolidar un nuevo grupo llamado “Paulinoy Roberto, Palma africana”, el mejor durante mucho, muchísimo tiempo,compartiendo con su compadre, heredero de la dinastía palenquera delos Batata y, años después, con Jorge Palma, su hijo, a quien Batataconsideraba el mejor de sus alumnos, privilegio tambolero compartidocon Yamil Cure, siempre en la voz autorizada de Batata.  

Por esos días se tropezaron con Sonia Osorio. Después de hacerles una prueba de destrezas acerca de manejo y conocimiento de la música folclórica, sus respuestas rítmicas fueron suficiente para trabajar en las presentaciones de su ballet folclórico en el Country Club y en el teatro Metro con alucinantes coreografías de Alejandro Obregón. 

Poco a poco El Ballet de Colombia, alzó vuelo. Con Sonia Osorio hicieron una gira por el interior del país, y terminaron viajando a Estados Unidos, Francia, Italia,Brasil, Ecuador, y a Trinidad Tobago. En una nueva gira, que se prolongó durante 4 meses en 1968,fueron  a   Rusia  y   terminaron  exhaustos   después  de   dos  semanas   en Italia.   

Al   regresar   a   Colombia   el   afamado   ballet   con   sus   nuevos pergaminos se estableció en Bogotá. Roberto soportó incólume dos años hasta que lo venció la nostalgia por el sol de El Valle, su barrio de toda la vida en Barranquilla. Batata, su compadre querido, se quedó en Bogotá.A Pacho Bolaño, gran personaje del folclor nacido en Arroyo de Piedra, lo conoció en 1974 tras una presentación en el hotel El Prado, yse fue a trabajar con él acompañándolo en sus lecturas de poesía y en sus cantos del folclore.  Fueron más de 30 presentaciones, al cabo de las cuales por muchos motivos lo recomendó con Gloria Peña para ingresar a su grupo de danzas, completando su nómina con unos músicos de Soledad.   

Como   si  hubiera   querido   dejar   todo   en   orden,   esa   misma semana murió Pacho Bolaño, grato poeta que escribió las más brillantes páginas de nuestro folclor. Con Gloria Peña viajaron tres veces a Estados Unidos,   también   estuvieron   en   Bélice   y   Trinidad   Tobago,   hicieron presentaciones en todo el país, hasta 1981. 

Jorge y Roberto Palma en Berlín, 1983

En un abrir y cerrar de ojos habían pasado 7 años.Queda   pendiente   la   tarea   de   rescatar   los   cantos   del   maestro Palma, los de Carlos Franco, los de Pacho Bolaño, algunos de los cuales fueron grabados para Bernardo Guzmán, el fundador de la cumbiamba El   Gallo   Giro.   

En   este   grupo   también   estuvo   Roberto   Palma   en   sus primeros   cuatro   años,   cuando   el   maestro   Bolaño   acompañaba   con funciones de director artístico. Bailaba serenito y fue de él la idea, que aún mantienen las cumbiamberas de este grupo, de llevar en equilibrio mientras   desfilan   una   botella   en   la   cabeza.   

Guzmán   organizó   la cumbiamba, Palma se encargaba de la música y era el maestro Pacho el responsable de las maneras correctas del baile.Sin que eso signifique demeritar las anteriores, la experiencia con Carlos Franco tal vez fue la mejor, por el cúmulo del aprendizaje. 

En 1982   los   invitó   para   integrar   la   delegación   cultural   que   recibiría   en Suecia   el  premio  Nobel   para  García  Márquez.    

Jorge   Palma,  no   tuvo inconvenientes,   él,   en   cambio,   se   complicó   por   su   alto   sentido   de responsabilidad. Sus labores paralelas en el área de la construcción le impidieron cristalizar ese sueño, pero dos años después, en septiembre del 84, se repitió la invitación de Carlos Franco, esta vez a Francia, se presentaron en Dijón, Beugne y Lombardía en La Borgoña, de ahí fueron llevados a los actos de la semana cultural del periódico Le Humanité, acompañados   de   Benigna   Solís,   y   José   Antonio   Torres,   Gualajo,destacados   músicos   del   Pacífico.   

Un   año   más   tarde,   en   agosto estuvieron en Arequipa y Lima, Perú, en el Festival Internacional de la Danza Ver a Roberto Palma de regreso de sus giras, cargado de regalos para sus nueve hijos  motivó a  los menores  para  ingresar al grupo y aprender música.  

Mucho se le debe a este maestro de la construcción del folclore en sus aportes al carnaval barranquillero. Hoy lo despedimos como a uno de los grandes de nuestros saberes ancestrales.

 

 

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