Plaza de la Aduana de Barranquilla.
Plaza de la Aduana de Barranquilla.
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Archivo Zona Cero

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¿Qué celebramos el 7 de abril en Barranquilla?

Se formó por generación espontánea, como se formaron más del cincuenta por ciento de las poblaciones latinoamericanas.

El 7 de abril se ha establecido en la ciudad como el Día de Barranquilla que es, hoy por hoy, la principal efeméride citadina. Todos los años, desde las oficinas oficiales, en los centros educativos y hasta en las calles de la urbe, se exalta una tradición que le hace bien a la gente.

Y hace mucho bien porque recuerda que este es nuestro terruño, la tierra cercana, la matria, como anotara certeramente alguna vez el maestro mexicano de la microhistoria Luis González y González. 

En su ensayo El arte de la microhistoria, González destaca que la matria es diferente a la patria, porque esta última se refiere a una especie de padre, en tanto que la primera es como una madre, el lugar cercano, donde nacimos y crecimos y que, por lo tanto, queremos más directamente. 

Paseo de Bolívar 1939.

Barranquilla es la matria, tanto para los barranquilleros adoptivos como para los raizales, y se merece su día, es decir, una fecha especial en que recordemos que es nuestra ciudad, que la queremos y que sentimos orgullo de ser barranquilleros, de pertenecer a esta tierra.

Ya el Día de Barranquilla, el 7 de abril, se ha establecido como la principal efeméride de la urbe, muy por encima de las fiestas nacionales, por el fervor que despierta y por los sentimientos benéficos que exacerba en todos los estratos sociales.

Antiguo Camellón Abello 1903.

 

El propósito de esta columna no es destruir ese sentimiento “matriótico”, ya tan arraigado en la población, sino hacer algunas precisiones, a partir de los estudios realizados por los historiadores. La idea no es destrozar una efeméride importante, sino establecer bien sus contornos simbólicos para saber, sin ambigüedades, qué cosa celebramos el 7 de abril.

 

Cuando uno lee la publicidad oficial o los medios informativos, encuentra que el 7 de abril se celebra el día del nacimiento de Barranquilla. El nacimiento de alguien o el punto de arranque de algo es la fecha en que vino al mundo, en que nació y, por tradición, se lo celebramos, a veces con bombos y platillos, como ocurre ahora con la urbe.

¿Nació la ciudad algún 7 de abril de algún siglo o año? En ninguno de los textos producidos por los historiadores citadinos se plantea esa fecha tan precisa, asociada al nacimiento o fundación de la urbe. 

Sí se sostiene que fue fundada en  el año 1629, como lo plantea Juan José Nieto, en su obra Geografía Histórica, Estadística y Local de la Provincia de Cartagena, República de la Nueva Granada, descrita por Cantones, que apareció en el año 1839.   

Esta fecha de fundación es repetida por Domingo Malabet, en su escrito Resumen Histórico de los Terrenos del Distrito de Barranquilla, publicado en el año 1878. En este documento, Malabet no solo menciona el año 1629 como el de la fundación de la ciudad sino que agrega la idea de que tal evento fue provocado por unos indígenas de Galapa, promoviendo la idea de que la urbe fue fundada en 1629 por los indígenas galaperos.

 

Dicha tradición fue recogida por José Ramón Vergara y Fernando Baena en una obra que publicó el Banco Dugand en 1922 (reeditada después, en 1946, por Alirio Bernal), cuyo título fue Barranquilla: su Pasado y su Presente. De aquí en adelante, la idea se repitió, sin ninguna clase de crítica histórica, hasta los años ochenta del siglo XX.

Pero a partir de esa década, el tema de la fundación de la ciudad en 1629 a manos de los indígenas galaperos, fue criticado de manera contundente en el libro El Norte de Tierradentro y los Orígenes de Barranquilla, de José Agustín Blanco Barros, editado por el Banco de la República en 1987.

En esta obra, Blanco Barros cuestiona, apoyándose en documentación de archivo, todas las ideas acerca del surgimiento o fundación de Barranquilla. Establece que no existe ningún documento de la época colonial que permita probar que la ciudad fuera fundada en el año 1629, y menos por los indígenas galaperos que buscaban agua, como sostuvo Malabet. 

 

Por el contrario, Blanco Barros arguye, apoyándose en sólidas fuentes primarias, que la urbe ni siquiera fue fundada, si por fundación se entiende el acto formal de un conquistador, del cual queda un documento oficial para la historia, tal como ocurrió con poblaciones como Santa Marta, Cartagena o Bogotá.

Este geohistoriador demuestra que los orígenes de Barranquilla, como Sitio de Libres (no como asentamiento indígena) quizás sí se remonten a los comienzos del siglo XVII, de acuerdo con lo sugerido por Nieto y Malabet, pero sin que sea posible precisar un año o un día específicos, pues se carece de pruebas para definir eso.

Blanco Barros plantea que Barranquilla se originó por la acción no planeada de diversos embriones, entre los cuales se destaca la descomposición de la Hacienda de San Nicolás, las características especiales del lugar y el movimiento de personas, que lo poblaron por razones económicas y de facilidades para vivir.

Hasta el momento, el estudio más sistemático y fundamentado que se ha producido acerca del origen de Barranquilla es el de José Agustín Blanco Barros. De este se puede inferir lo siguiente: a) Barranquilla no fue fundada por alguna persona o grupo; b) por lo tanto, no existe día, año o siglo precisos en los cuales uno se apoye para sostener la idea de la fundación o el nacimiento.

Barranquilla se formó por generación espontánea, como se formaron más del cincuenta por ciento de las poblaciones latinoamericanas que eran sitios de tránsito para los viajeros, puertos naturales no establecidos por España o Portugal oficialmente, lugares alrededor de las minas o haciendas importantes.

Teniendo en cuenta los últimos y más consistentes aportes históricos cabe destacar que el 7 de abril no estamos celebrando la fecha de nacimiento o fundación de Barranquilla, por la sencilla razón de que la ciudad no nació ni fue fundada ningún 7 de abril de ningún año o siglo.

 

 

El 7 de abril de 1813 no es el año de nacimiento o fundación de la urbe, sino una fecha construida por la sociedad como la principal efeméride citadina, alrededor de la cual algunos funcionarios oficiales y los periodistas del patio han ido agregando, sin tener en cuenta los trabajos de los historiadores, un contenido simbólico inadecuado, por no escribir erróneo.

El 7 de abril, el Día de Barranquilla, no se puede celebrar la fecha del nacimiento de la ciudad, o el de su fundación, porque, como se ha visto, Barranquilla ni nació ni fue fundada un 7 de abril.

Lo que festejamos el 7 de abril es la conversión en Villa de la vieja Parroquia, proclamación producida por el Gobernador del Estado Libre de Cartagena, Manuel Rodríguez Torices, en el marco de la lucha por la Independencia Nacional, en la llamada Primera República.

 

Esa proclamación se conoció en la urbe el día 7 de abril, aunque había sido promulgada un poco antes, el 3 de abril, como consta en el documento de archivo. Por eso, el 7 es la fecha que nos ha quedado, montada por la tradición popular y por el gobierno, para celebrar el Día de Barranquilla.

De tal manera que el 7 de abril no se puede seguir celebrando la fecha del nacimiento o de la fundación de Barranquilla, como reza la publicidad oficial y como repiten los medios periodísticos, sino el día en que se conoció la exaltación a Villa de la urbe, aquel lejano 7 de abril de 1813, en el contexto de la lucha por la Independencia Nacional.

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