"La danza es mi pasión, mi vida", dice Julie de Donado, directora de la academia de danza que lleva su nombre
"La danza es mi pasión, mi vida", dice Julie de Donado, directora de la academia de danza que lleva su nombre.
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Cristian Mercado

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“No solo es enseñar danza, sino formar mejores seres humanos”: Julie de Donado

Para esta coreógrafa y diseñadora barranquillera, la clave de los 50 años de su academia es la técnica, pasión y compromiso.

A Julie Henríquez de Donado le brillan más los ojos cuando recorre su academia de danza para enseñar los trofeos, medallas y reconocimientos que ha ganado a lo largo de los 50 años de vida artística en Barranquilla.

“Esos fueron los de Panamá. Este fue un decreto del alcalde Caiaffa, y mira, la foto que me tomó Salwa Amastha para los 47 años de la academia”, enseña de lo que ha sido su aporte valioso a la cultura de la ciudad.

Luego ingresa a uno de los salones de clases para contar que allí fue el inicio de todo.

“Mi esposo Rafael Donado, quien falleció en abril del año pasado, me adecuó este espacio en donde empecé con 10 niñas”, explica mientras recorre ese espacio en donde empezó su carrera como directora de una de las academias de danza más prestigiosas de la ciudad.

Ya en su oficina del segundo piso recuerda que sus inicios en la danza fueron con Maruja Serrano, una española que se vino a vivir a Barranquilla en 1936 y que en el mundo artístico era conocida como Zoraida.

“Era la época en que era mal visto que las mujeres bailáramos o que estudiáramos carreras como arquitectura porque era para hombres”, asegura en diálogo con Zona Cero.

Cuenta que coincidencialmente, en su niñez y luego en la adolescencia vivieron muy cerca de academias de danza. Así ocurrió en Bogotá, en Barranquilla y en México en donde vivió por estudios de especialización de su esposo. “Lo primero que empaqué fue mis zapatos de flamenco”, cuenta sonriente.

Recuerda que su pasión por el baile la danza era tal que se iba con su hermana Lucy a fisgonear a través de las ventanas para no perderse las clases. O iban a cine a ver películas mexicanas que luego montaban las dos en “obras de teatro” en la que Lucy actuaba y Julie hacía de espectadora.

Son cincuenta años de victoria, de logros, de vida, de momentos hermosos porque cada niña que llega es una familia, forma parte de nosotros”, dice emocionada mientras repasa las fotos de varias de sus promociones de egresadas de su academia.

Aquí está Daniella Donado cuando niña. Era algo tímida. Y acá Valeria Abuchaibe, esa era una chispita”, afirma, para referirse a las ex reinas del Carnaval que han salido de su academia.

Julie, quien estudió delineante de arquitectura, ha vestido a 28 soberanas de nuestras fiestas (el primer diseño fue para Patricia Abello), a capitanas infantiles, de solteras y de casados, reinas de belleza y novias que han llegado hasta su taller para que les diseñe y confeccione el ajuar.

Hace años no había redes sociales, no sé cómo se enteraban, pero acá llegaban, incluso fuera de Colombia”, asegura.

“Formar buenos seres humanos”

Cuando Julie de Donado regresó a Barranquilla, fue su esposo el que más la motivó para que tuviera su academia. Eso fue en 1972 y desde entonces no ha parado cosechando logros y reconocimientos.

Para esta coreógrafa y diseñadora barranquillera lo más gratificante en estos 50 años es haber enseñado danza, pero también, contribuir en la formación de mejores seres humanos.

La danza –añade- tiene una virtud que es el desarrollo de la inteligencia emocional. Eso es clave para comerse el mundo.

¿Cuál es la clave de 50 años de éxitos?, es la pregunta obligada.

“A mí no me gusta la monotonía”, responde.

Julie de Donado, directora de la academia que cumple 50 años en Baranquilla.

Explica que lo suyo ha sido y será mantener la técnica. “Sin técnica no hay nada, pero además tiene que ir de la mano la pasión, la entrega y el compromiso. Por eso, detrás de cada espectáculo hay un maestro que enseña los pasos y entrega las herramientas para lograr lo que nos proponemos".

Para ella, lo más gratificante ha sido salir a competencias en el exterior y comprobar que sus alumnos están al mismo nivel de los mejores profesionales en danza.

“En ese momento representamos no solo a Barranquilla sino a Colombia”, afirma.

Se siente orgullosa porque varias de sus alumnas han ido a Broadway a seguir estudiando con los mejores maestros de danza y cuando regresan, le dicen que no cambian a su academia. “Eso refleja que lo hemos hecho bien”, añade.

Por eso trae con mucha frecuencia a profesores de otras ciudades y países para seguir formando a sus alumnas.

La danza –dice- es mi vida, me ha dado muchas satisfacciones, me dio seguridad y conocimiento porque cada montaje es una investigación exhaustiva.

Julie vive agradecida con Barranquilla y el Carnaval. “Me han hecho lo que soy, me han dado la oportunidad de demostrar mi arte, mi pasión, mi creatividad".

Interrumpe la entrevista para atender su celular. “Ese color de tela es hermoso, claro, con los apliques”, se le escucha.

A ella nada ni nadie la detiene. Ni siquiera cuando llegó la pandemia y solo quedó con 100 alumnas.

“¿Qué hice? Clases virtuales por zoom y por todas las plataformas. Tuvimos que sentarnos a aprender para seguir”. Otro reto superado.

Y mientras posa para para el reportero gráfico Cristian Mercado no deja de sonreir.

“Yo no tengo la culpa de haber nacido artista…y todavía me quedan como diez años más”, repite desde su primer salón de clases de danza, donde empezó su ascendente carrera.

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