Textos y fotos de Juan Camilo García Jiménez, especial para Zonacero

Una vez más queda demostrado que no hay sueño inalcanzable. Llegaba el medio día del domingo 19 de mayo y Lyu Antequera, una niña barranquillera de 14 años, se alistaba junto a su mamá para salir de la Clínica San Martín, donde recibe tratamientos médicos que le ayudan a seguir firmemente en su batalla contra el cáncer. Lo que esta luchadora no se imaginaba, es que su salida de la clínica iba a ser el primer paso de una experiencia que como ella misma lo dijo después de todo lo vivido, jamás olvidará.

A las 12:12 de la tarde, Isabella Giraldo, coordinadora del programa Cuéntame tu sueño de la Organización Soñar despierto, entró a su habitación y al ver que ya Lyu estaba lista le dijo “¿Estás feliz? Ya hoy te vas?”, a lo que la niña le respondió con una sonrisa “si, ya hoy me voy para mi casa”. Dándole la primera pista de lo que viviría, Isabella le comentó que hoy no iría a su casa.

Mientras Lyu esperaba la confirmación de la salida de la clínica, 12 voluntarios la estaban esperando con ansias en un bus que habían decorado con globos para recibirla con mucho amor. Después de acomodar todo para que Lyu no se mojara, ante el aguacero que estaba cayendo en Barranquilla, Lyu logró entrar al bus y fue acogida como nunca se lo hubiese imaginado.

Puesto en marcha el bus, Lyu empezó a dejar a un lado su timidez y empezó a sacar sus primeras carcajadas con los voluntarios. Después de un recorrido, llegaron a almorzar al restaurante Las Rocas, donde sin dudar y sin necesidad de mirar la carta se atrevió a pedir su comida favorita: mojarra frita con agua panela. Mientras llegaba su pedido, en los televisores del restaurante apareció un mensaje que decía “Lyu nunca olvides que todo es posible. Los sueños si se cumplen”, nuevamente salió una gran sonrisa que no pudo ocultar.

Teniendo la comida en la mesa, Lyu les enseñó cómo es que se come una mojarra a todos los voluntarios. Al terminar, las espinas del pescado fue lo único que quedó en el plato. Después de haber recargado energías con este gran almuerzo, la niña de 14 años ya estaba lista para empezar a vivir su sueño.

En una de las conversaciones que había tenido con uno de los voluntarios de Cuéntame tu sueño, Lyu le había confesado entre risas, que una vez en la clínica le llamaron la atención porque estaba viendo un partido del Junior y gritó un gol con tanta emoción que despertó a otros pacientes que estaban en habitaciones cercanas a ella. Ese día también contó que algún día le gustaría ver jugar a ‘Tu Papá’ en el estadio Metropolitano.

Es por eso que el equipo de Cuéntame tu sueño organizó su primera ida al estadio para que observara el partido entre Junior y Deportes Tolima.

Cuando se estaban acercando a los alrededores del estadio, los voluntarios le vendaron los ojos para que su primera entrada fuera más mágica. Al entrar al ‘Coloso de la Ciudadela’, Lyu fue guiada por un camino un poco largo, donde ella solo se reía y preguntaba “¿En donde estamos?”. Al llegar al llegar al camerino del Junior, le destaparon los ojos y fue recibida con un fuerte abrazo por el tiburón Willy, la mascota oficial del Junior. Estando en el sitio sagrado de los jugadores rojiblancos, miró cada una de las camisetas que estaban esperando por la llegada de los futbolistas e inmediatamente identificó los lugares de sus dos jugadores favoritos, Sebastián Viera y Teófilo Gutiérrez.

Después de tomarse fotos dentro del camerino, se ubicó en un lugar privilegiado, donde pudo observar la llegada al estadio del conjunto Tiburón. Uno a uno fueron pasando los jugadores enfrente de ella y dándole la mano. Hasta que el capitán, Sebastián Viera se detuvo enfrente de ella, la saludó con un beso y le preguntó, ¿Quieres salir conmigo a la cancha? A lo que respondió con pena, pero sin dudarlo, que sí quería. El portero siguió su camino hacia el camerino y unos minutos más tarde, se regresó para regalarle una de sus camisetas.

Llegó la hora de la salida de los equipos al terreno de juego y ahí iba Lyu de la mano de Sebastián Viera, ante la mirada de casi 20.000 aficionados que estaban en el estadio. Al subir a la tribuna donde la estaban esperando los voluntarios de Cuéntame Tu Sueño, fue recibida con aplausos por parte de todos los aficionados que estaban en esa zona.

Junior no logró llevarse los tres puntos, tras empatar 1-1 ante el Tolima, pero Lyu se quedó con un gran recuerdo en su corazón que jamás olvidará.

Después de salir del estadio, Lyu fue llevada al Hotel El Prado, donde fue tratada como una huésped de honor. Allá pudo descansar y recuperar energías para lo que le esperaba el día siguiente porque las sorpresas no terminaban ahí.

El sueño continua…

El lunes fue recogida en el hotel a las 11:30 de la mañana por tres voluntarios de Cuéntame tu sueño para llevarla a almorzar al Punto Múltiple del Sabor en compañía de otros voluntarios de la Organización Soñar Despierto.

A la 1:30 p.m. empezó el recorrido hacia la próxima sorpresa. Nuevamente, cuando se estaban acercando al lugar, le vendaron los ojos para que no se diera cuenta de la sorpresa que le tenían preparada.

Llegaron al Hospital de la Universidad del Norte, al ingresar le quitaron la venda de los ojos y recibió una grata bienvenida por parte de Diego Castresana, director del hospital. Inmediatamente le dijo que hoy cumpliría uno de sus más preciados sueños, ser enfermera.

Lyu recibió su uniforme y pasó a una ceremonia donde la condecoraron como Enfermera Honoraria del Hospital de la Universidad del Norte. En ese momento no pudo contener su emoción y salieron unas lágrimas de felicidad.

Después de esta ceremonia, Lyu, acompañada de María Auxiliadora, quien desempeña la labor de enfermera jefe, inició un recorrido por todo el hospital, donde pudo conocer al detalle la labor de una enfermera. A escogencia de ella, su primera visita fue al área UCI Neonatal, donde pudo observar el cuidado que le dan a cada bebé prematuro.

Con un poco de pena, pero asombrada de lo que estaba viviendo, Lyu continuó su recorrido y se reía cada vez que las demás enfermeras intentaban convencerla para que se quedara en sus respectivas áreas. A medida que Lyu iba dejando su timidez a un lado, fue experimentando tareas que ejercen las enfermeras todos los días. Le enseñaron a tomar la presión e incluso se atrevió a hacerle exámenes de glucometría a algunos voluntarios de Cuéntame tu sueño.

Caía la tarde y se acercaba el momento de la despedida. El rostro de Lyu reflejaba toda la gratitud y felicidad hacia los voluntarios por haber permitido que sus sueños se hicieran realidad. Esta luchadora incansable regresó recargada a su casa para seguir batallando con más ganas contra el cáncer.