Vera Grabe Loewenherz.
Vera Grabe Loewenherz.
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EFE

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Las mujeres han avanzado en la lucha contra la cultura patriarcal: Vera Grabe

La antropóloga fue cofundadora del M-19.

La lucha de las mujeres contra la cultura patriarcal empieza a dar frutos pero el camino aún es largo, considera Vera Grabe Loewenherz, una pionera que ha transitado por los distintos escenarios de la vida colombiana, desde la guerrilla hasta la academia, siempre por la orilla de la búsqueda de justicia.

"Si bien es cierto que todavía impera la cultura patriarcal y el machismo y vemos todos los días feminicidios y vemos una cantidad de expresiones de discriminación contra la mujer, lo cierto es que se ha avanzado mucho", afirma en una entrevista con Efe.

Como ejemplo de esos progresos cita la presencia de la mujer en la política, su liderazgo en las reivindicaciones sociales o en el movimiento que aboga por la paz del país.

"En todas las expresiones civiles hay muchos avances", subraya Grabe, autora de los libros "Del silencio de mi cello o Razones de vida" (2000) y "La paz como revolución. M-19" (2017).

Cofundadora del M-19

El nombre de la antropóloga Vera Grabe no pasa desapercibido para los colombianos, no solo por su origen alemán sino por su imagen de mujer luchadora en todos los campos, trayectoria que comenzó con poco más de 20 años, cuando en 1974 ayudó a fundar la guerrilla del Movimiento 19 de Abril (M-19) que firmó la paz con el Gobierno hace ahora 30 años.

En los años de militancia guerrillera era conocida por sus compañeros y por los organismos de seguridad del Estado que la encarcelaron entre 1979 y 1980 como "La Mona", como se conoce en Colombia a las personas de cabello rubio, por su inconfundible aspecto europeo y ojos de color azul intenso.

En el M-19, como era normal en esas épocas y más en una organización armada, "La Mona" o "Catalina" vivió en carne propia el machismo, lo que sin embargo no impidió que cumpliera su papel de miembro de la dirección de esa guerrilla. Ahora celebra que empiecen a darse cambios en la concepción del papel del hombre y de la mujer en la sociedad.

"Los hombres también se preguntan hoy por su papel, por lo que llaman la nueva masculinidad; yo creo que hemos ganado muchísimo porque el hecho de que las cosas se hagan más visibles, que haya más conciencia en temas como la discriminación, como la violencia contra la mujer es importante, y si hay más conciencia las cosas empiezan a resolverse", afirma.

Como ejemplo de progreso social de la mujer destaca el liderazgo político de algunas de ellas, como la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, o "las presidentas que hemos tenido en América Latina", y eso lo atribuye a "inmensos avances en términos de conciencia, de movilización, de legislación, de medidas, de políticas".

"El Movimiento por la Paz es en gran parte liderado por mujeres, en las movilizaciones sociales están las mujeres, las jóvenes se mueven", afirma sobre la ola de protestas contra la política económica y social del Gobierno que sacudió a Colombia a finales del año pasado.

De las armas de la política

Después de que el M-19 dejase las armas y firmase el acuerdo de paz, el 9 de marzo de 1990 con el entonces presidente colombiano Virgilio Barco, Vera Grabe dio el salto a la política y se convirtió en la primera exguerrillera en ganar un escaño en la Cámara de Representantes (1990-1991).

Tras la promulgación de la nueva Constitución Política de Colombia (1991), en cuya redacción participó el M-19, Vera Grabe fue elegida senadora por la Alianza Democrática M-19 para el periodo 1991-1994, y se caracterizó por liderar iniciativas pioneras en defensa de la mujer.

"Cuando yo estuve en el Senado fui la primera que organizó una unidad legislativa donde se hablaba el tema de género; hoy es normal hablar de género, pero en el año 91 hablar de género era como de algunas feministas, de algunos grupos muy selectos", recuerda.

Asegura que el hecho de que hoy se hable de temas de género no solo en la política, sino en las distintas esferas de la sociedad, significa que "culturalmente ha habido un cambio muy importante", no solo en Colombia sino en todo el mundo, y prueba de ello es el movimiento "Me Too" contra el acoso y el abuso sexual.

"Me parece muy bueno que eso se esté dando, que haya mucha sensibilidad frente a eso, que las mujeres hablen, que los hombres hablen y la cosa se destape, yo creo que es fundamental", manifiesta.

Refugio en la academia

Pero así como ella y el M-19 se convencieron de que la lucha armada "se estaba empantanando, que estaba afectando a la población civil, que se estaba untando de narcotráfico" y optaron por la salida negociada al conflicto, la política también le trajo su dosis de desencanto porque siente que se maneja con criterio puramente electoral, por lo que decidió dar otro giro a su vida.

"Yo creo que la política, si no se conecta con la vida del ciudadano, con sus problemas y sus posibilidades, se queda en una opción electoral que es importante porque es la disputa del poder, pero el poder también se construye todos los días", asevera.

De la política pasó a la diplomacia, como agregada en la embajada de Colombia en España y luego a la universidad.

A sus 69 años Vera Grabe divide su tiempo entre el Observatorio para la Paz y las clases en la Universidad Surcolombiana, donde dicta la cátedra de Pedagogía y Cultura de Paz.

"Siempre he creído que un tema clave en este país es el educativo y entonces a eso me he dedicado en los últimos años, a pensar la paz desde la perspectiva de la educación, porque creo que si no cambiamos la mentalidad, si no nos educamos de otra manera, si no trabajamos la paz en la vida cotidiana seguimos en ese circuito" de conflictos reciclados, concluye.

EFE

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