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Así se vive, se siente y se goza la fiesta de San Agatón, en Mamatoco

Recuerdos de un devoto que trabaja con su fundación por rescatar y perpetuar la fiesta de este santo, considerado el patrono del Carnaval.

Donaldo Antonio Duica Granados

 

Ahí viene de nuevo el patrono, ataviado con su capa escarlata, enhiesto y glamoroso; abriéndose paso entre la muchedumbre, victorioso y alegre. Y la masa, al igual que siempre, lo vitorea y ensalza; lo baila, lo perfuma y empolva.

Baila hacia adelante y hacia atrás, zarandeado por sus fieles, que lo estrujan, lo besan y lo lloran al ritmo de viejos porros y fandangos y de una vetusta música marcial.

Pasa revista al pueblo recorriendo sus calles de siempre, en actitud de escribano del tiempo, registrando en su memoria centenaria cada cambio, cada hecho nuevo en la vida de esta vieja comarca que lo ama.

Mientras lo veo danzar y avanzar rumbo a la gruta clerical que lo cobija, pienso que si pudiéramos extraer de su viejo cerebro de yeso las imágenes que lleva grabada en más de un siglo de historia, seríamos capaces de pintar el más hermoso mural de la nostalgia y componer la más hermosa canción de los recuerdos.

Y pienso igualmente si pudiéramos escanear su corazón de yeso, que año tras año llora, escribiríamos en prosa indeleble esa historia de amor que con el santo nos anuda, hablaríamos de encuentros y desencuentros y de las arengas rabiosas de los curas.

En muchas de esas páginas contaríamos historias inéditas del paternalismo y la influencia espiritual de este sempiterno siciliano sobre la comarca, venido allende el océano y que un día perdido ya en la noche de los tiempos decidió quemar sus naves para no regresar jamás a la tierra que lo vio nacer.

Desentrañaríamos desde sus propias aurículas, la razón de ser de esa frenética pasión que lo hace vibrar entre cumbiambas , cucambas, diablos y tambores; y escribiríamos la impronta de sus mitos, grabada en las voces de las voces de los que ya no están, de los que ayudaron a construir desde el amor y la locura esta hermosa pasión carnavalera.