Año bisiesto.
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Año bisiesto: un fenómeno astronómico y cultural

Tradiciones y curiosidades envuelven al año bisiesto.

Cada cuatro años, el calendario nos regala un día adicional, que es el 29 de febrero, un fenómeno conocido como año bisiesto. Esta peculiaridad del calendario gregoriano ha intrigado a las civilizaciones durante siglos y ha generado una serie de tradiciones, mitos y curiosidades que lo rodean.

El origen del año bisiesto se remonta al calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a.C. Este calendario estaba basado en el ciclo solar, con un año de 365 días dividido en doce meses.

Sin embargo, el calendario juliano no tenía en cuenta el tiempo extra que tarda la Tierra en orbitar completamente alrededor del sol. Esto generaba un desfase gradual entre el calendario y las estaciones.

Para corregir ese desajuste, el Papa Gregorio XIII introdujo el calendario gregoriano en 1582. Este calendario incluía una regla para los años bisiestos: un año sería bisiesto si fuera divisible por 4, excepto los años que fueran divisibles por 100 pero no por 400. Esta regla ajustaba con mayor precisión el calendario a la duración real del año solar.

Por eso, durante siglos el 29 de febrero ha inspirado numerosas creencias y costumbres en diferentes culturas alrededor del mundo.

En términos astronómicos, el 29 de febrero es un día como cualquier otro. Sin embargo, es un recordatorio simbólico del funcionamiento del calendario y su relación con los ciclos naturales.

Aquellos nacidos en un año bisiesto a menudo celebran su cumpleaños el 28 de febrero o el 1 de marzo en los años no bisiestos.

En México, el Registro Civil no reconoce la fecha para la inscripción del nacimiento, por lo que los padres deben tomar la decisión de anotar a su hijo como si hubiera nacido el 28 de febrero, o anotarlos el 1 de marzo.

Por su parte, en Argentina, de acuerdo a la ley 17.671, sancionada en 1968, la situación es distinta ya que el organismo sí reconoce la fecha y por lo tanto los nacidos el 29 de febrero pueden anotarse oficialmente, aunque también deberán elegir un día específico para celebrar su cumpleaños en los años no bisiestos.

También existe la tradición de que el 29 de febrero las mujeres pueden proponer matrimonio a los hombres. Esta costumbre tiene sus raíces en la tradición irlandesa y escocesa del siglo XIX.

Son muchas las creencias que se han formado, y aunque sea un día que ocurre solo cada cuatro años, su singularidad lo hace memorable y digno de celebración.

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