Víctimas y exvictimarios conviven en Vista Hermosa
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EFE/Archivo

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Vista Hermosa percibe la paz de Colombia como una esperanza de progreso

Este pueblo del Meta, desde su fundación, ha estado en el centro del conflicto armado con las FARC.

La paz significa esperanza de progreso para los habitantes de Vista Hermosa, según Marco Antonio Gordillo, alcalde de este pueblo del departamento colombiano del Meta que casi desde su fundación ha estado en el centro del conflicto armado con las FARC.

"Vista Hermosa fue uno de los municipios que más sufrió el rigor de la guerra y como tal la paz es una gran esperanza para nosotros", manifestó Gordillo en una entrevista con Efe en la vecina localidad de Mesetas.

El territorio de Vista Hermosa, municipio del centro-sur del país, de unos 26.000 habitantes, fue escenario de numerosos y sangrientos combates entre el Ejército y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principalmente en el último cuarto de siglo, tantos que sus habitantes perdieron la cuenta.

Gordillo acudió a Mesetas esta semana para participar en una reunión de autoridades de la zona con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, a propósito de la instalación de las zonas veredales transitorias de normalización en las que los guerrilleros de las FARC se reunirán antes de dejar las armas y volver a la sociedad.

"En paralelo a la paz del conflicto armado como elemento que nos generó mucho atraso debe venir una paz social que nosotros reclamamos, una paz que tenga como componente también todo el tema productivo, el desarrollo social que se ha perdido en la región precisamente por efectos del conflicto", afirma.

Vista Hermosa fue creado como municipio el 29 de noviembre de 1969, cinco años después de la fundación de las FARC, y su territorio se convirtió casi desde el comienzo en uno de los fortines de esa guerrilla, al igual que los demás pueblos de las estribaciones de la Serranía de La Macarena, un territorio de singular belleza natural.

"Como alcalde tengo una gran expectativa de que con la paz se visualicen algunos problemas sociales en la región y se planteen alternativas de solución. La paz es una gran esperanza de desarrollo para nosotros", subraya Gordillo, quien está en el segundo de los cuatro años de su mandato.

Entre los beneficios que esperan de la paz está la construcción o recuperación de las vías terciarias para comunicar al perímetro urbano con las 85 veredas (aldeas) del municipio, de manera que los campesinos puedan sacar a los mercados productos como plátano, yuca, maíz, arroz, frutas, caucho, cacao y ganado que se dan en su rico territorio de 4.084 kilómetros cuadrados.

"Vista Hermosa fue en otras épocas un municipio cocalero pero se ha recompuesto en un 80 % y ya tenemos una economía legal basada en la ganadería, basada en la agricultura, basada también en el petróleo y con un potencial turístico por la gran cantidad de ríos y caños del territorio", afirma el alcalde.

La Cooperativa, una de las veredas del municipio, es uno de los puntos en los que se concentrarán los guerrilleros, movimiento que el alcalde espera que se concrete este mismo mes.

"La zona va avanzando, ya están los campamentos para la comisión tripartita" encargada de monitorear el cumplimiento del alto el fuego e integrada por representantes de la ONU, el Gobierno y las FARC, afirma.

Pero esta no es la primera vez que Vista Hermosa sueña con la paz, pues entre 1998 y 2002 formó parte, junto con La Macarena, Uribe, Mesetas y San Vicente del Caguán, de la zona desmilitarizada de 42.000 kilómetros cuadrados en la que el Gobierno del entonces presidente, Andrés Pastrana, negoció sin éxito con las FARC.

"Vista Hermosa tuvo esa experiencia de haber sido parte de la zona antigua de distensión. Fue un proceso muy diferente, yo alcancé a vivirlo. Hoy vemos más seguridad, más acompañamiento, más control de la zona y eso nos motiva a decir que el proceso va por muy buen camino", explica.

Con la confianza en el éxito de la paz ya firmada con las FARC, el alcalde espera que este año sea el de un nuevo amanecer para Vista Hermosa, que debe su nombre justamente a las espectaculares panorámicas que desde el pueblo se tienen del Parque Nacional Serranía de La Macarena, una maravilla natural que durante décadas estuvo vedada al turismo por el conflicto armado.

 

Jaime Ortega Carrascal, de EFE

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