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El Presidente de Colombia habló ante la asamblea legislativa del Reino de Suecia.
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"La paz de mi país es también un logro de Suecia": Santos ante el Parlamento Sueco

Ese país apoya el posconflicto colombiano.

El Presidente Juan Manuel Santos compartió este lunes con Suecia la paz acordada en Colombia y agradeció al pueblo sueco “por su amistad, por su generosidad y por su presencia solidaria”.

“Suecia nos ha acompañado, desde hace décadas, en el trabajo por la paz, por los derechos humanos y por el fortalecimiento de la democracia, y Colombia reconoce y valora su aporte generoso”, manifestó dos días después de recibir en Oslo el Premio Nobel de Paz 2016, el día en que se conmemoraban 120 años del fallecimiento de Alfred Nobel.

El Presidente de Colombia recibió la bienvenida por parte del líder del Riksdag o asamblea legislativa del Reino de Suecia, el socialdemócrata Urban Ahlin.

“Y no podía dejar de venir a Suecia, la nación del Nobel, para compartir con ustedes este momento excepcional, no solo para mí, sino para mí país y para el mundo que celebra la paz de Colombia”, señaló el gobernante.

Subrayó que esa distinción “no es un galardón para exhibir en la vitrina del orgullo personal. Es un premio que implica una enorme responsabilidad, un premio que me compromete mucho más, mucho más aún, para seguir trabajando por la paz de Colombia y por la paz del mundo”.

El Mandatario se declaró complacido de poder compartir el galardón con Suecia, “una nación lejana en la geografía, pero tan cercana a los afectos y los intereses de Colombia. Una nación que ha sido firme aliada de nuestro país en la búsqueda de la paz”.



Luego de referirse a los vínculos históricos de los dos países, recordó el viaje efectuado en octubre del año pasado a Colombia por la princesa Victoria, esposa del Rey Carlos Gustavo de Suecia.

El Jefe del Estado colombiano declaró que hoy pudo hablar en Estocolmo de paz después de haber logrado un acuerdo con la guerrilla de las FARC que significa, ni más ni menos, el fin de una guerra interna de más de 52 años en Colombia.

“Hoy, distinguidos miembros del Parlamento Sueco, vengo ante ustedes para compartir con el pueblo de Suecia el acuerdo final para la terminación del conflicto con las FARC, un acuerdo que logramos tras seis años de negociaciones discretas, serias y difíciles, y que hoy puede servir como modelo para un mundo donde aún quedan muchos conflictos por resolver”, expresó.

Reiteró que del proceso de paz en Colombia se pueden derivar varias lecciones, entre ellas aprender de la experiencia propia y de la experiencia ajena, es decir, de los intentos de paz que se realizaron previamente en Colombia y de otros procesos de paz en el mundo, como los de Centroamérica, Sudáfrica e Irlanda del Norte, que nos sirvieron como referencia.

Otras lecciones son la necesidad de tener una agenda concreta y realista, la importancia de mantener las conversaciones en el exterior y de una forma discreta; y sobre todo, poner a las víctimas y sus derechos en el centro de la solución del conflicto.

“Este no fue simplemente un proceso entre dos bandos para determinar cómo terminar la guerra. Fue un proceso que tuvo en cuenta que esa guerra nos había dejado más de 8 millones de víctimas y desplazados, y más de 220 mil muertos, y que es imposible avanzar hacia una paz estable y duradera si no se cierran las heridas”, anotó.

Hizo énfasis en que “el meollo de la negociación fue la garantía de los derechos de las víctimas a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición de la situación que los victimizó” y agregó que las víctimas del conflicto fueron la inspiración y las mayores impulsoras del proceso de paz.

“Por eso –repito– el Premio Nobel de Paz que recibí lo he dedicado, sobre todo, a esos millones de hombres, mujeres y niños que sufrieron la inclemencia de una guerra de más de medio siglo”, indicó.

De nuevo resaltó la importancia del apoyo internacional al proceso colombiano de paz.

Consideró que “el apoyo regional es indispensable para la solución política de cualquier guerra asimétrica”, y celebró que “hoy, por fortuna, todos los países de la región son firmes aliados en la búsqueda de la paz, que es el propósito más noble de cualquier sociedad”.

Y una vez más trajo a la memoria Gabriel García Márquez, quien hace 34 años recibió en la capital sueca del Nobel de Literatura.

“Hoy vengo a Estocolmo –la ciudad donde, en 1982, mi compatriota Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura– para decirles, en las palabras de este gran escritor, que Colombia ha ganado “una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Advirtió que “hay algo aún más difícil que hacer la paz, y es construir la paz a partir de un acuerdo. ¡Ese es el reto que ahora estamos asumiendo!”.

 

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