La OMC preocupada por que "ojo por ojo" en la guerra de aranceles se afiance
Países miembros de la OMC han aplicado 75 nuevas barreras al comercio.
El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevêdo, se mostró hoy preocupado porque "el ojo por ojo" en la guerra de aranceles entre EEUU y varios de sus socios, entre ellos China y la Unión Europea (UE), pueda afianzarse y sea "percibido como lo normal".
"Nuestra preocupación más que nada es que esta dinámica del 'ojo por ojo' pueda ser percibida como lo normal, que los países empiecen a tomar esto como la manera normal de comportarse y no creo que esto deba suceder. Es algo que dañaría mucho la economía global", señaló el brasileño en un encuentro con medios en Ginebra.
Azevêdo indicó que el último informe sobre medidas comerciales restrictivas de la OMC publicado hoy y que cubre el periodo desde mediados de octubre de 2017 hasta mediados de mayo de 2018 -cuando EE.UU. ya había anunciado su intención de imponer aranceles a las importaciones de determinados productos de aluminio y acero- los países miembros han aplicado 75 nuevas barreras al comercio.
Esto equivale a una media de "casi 11 nuevas medidas por mes, lo que es más elevado en comparación con el promedio de nueve medidas registradas" en el anterior informe, recalcó.
Por contra, las medidas que facilitan el comercio superan las restricciones con 89 iniciativas, lo que supone casi 13 al mes y es más que las 11 del anterior informe.
"No obstante, la ratio entre la cobertura de las medidas que facilitan el comercio y las restrictivas ha bajado significativamente" desde 2 a 1 del anterior informe, dijo el director general de la OMC, "lo que no es una buena noticia".
"La situación es seria, no solo por el impacto importante que las restricciones comerciales conllevan. Amenazan la recuperación de la economía global, el crecimiento y los empleos. Pero también tiene un impacto sistémico que puede tener un efecto más prolongado", dijo.
Azevêdo sostuvo que esta circunstancia requiere "una respuesta urgente", pero subrayó que la organización no asume el papel de "árbitro en el juego" sin que la llamen a ejercer este rol.
Además, dijo, él como director general de la OMC "no ha apuntado con el dedo jamás" a ningún país por un determinado comportamiento en materia de comercio y que "no voy a hacerlo ahora".
En su opinión, es "normal que todo el mundo evalúe con microscopio" a China, un país que crece enormemente y es el mayor "comerciante el mundo" y la segunda mayor economía del mundo.
Para el director general de la organización multilateral, las tensiones comerciales actuales entre EEUU y sus socios por la imposición de aranceles del 10 % y del 25 % a las importaciones de determinados productos de aluminio y acero, respectivamente, y las contramedidas tomadas por algunos de los países afectados, suponen "una situación muy complicada para todos, incluida la OMC".
"Pero también supone una oportunidad por delante", para, entre otras cosas modernizar y reformar la organización.
"Puedes o no estar de acuerdo con lo que promueve la Administración estadounidense, pero lo que no es sabio es ignorarlo. Esa es la realidad", señaló Azevêdo, en una de las pocas ocasiones en las que mencionó directamente ese país.
A juicio del director general de la OMC, la solución a la guerra de aranceles es que los líderes se escuchen y conversen, porque sus discrepancias son un "problema político y no técnico", también en lo que se refiere a la reforma exigida por EEUU de la organización, algo que aceptan los otros estados miembros y el propio Azevêdo.
"La credibilidad de la OMC depende de cómo sus miembros se comportan en el sistema (multilateral) y de cómo cumplen o no las reglas y se relacionan", indicó Azevêdo, quien defendió de nuevo la organización y la necesidad de las reglas, la transparencia y la predictibilidad para que funcione el comercio y la economía.
El brasileño advirtió que, si la actual dinámica de restricciones comerciales continúa durante demasiado tiempo, "veremos un impacto muy importante en la economía global", puesto que ya estamos viendo algunos indicadores con desaceleraciones en las inversiones y las órdenes de compra futuras y "esto puede ir a peor".
"Cuanto más tiempo estas medidas están en vigor, más riesgos existen para la economía global", alertó.
"El peor escenario sobre la Tierra es que no haya reglas, que predomine la ley de la jungla. Entonces las inversiones retrocederían, la economía también y se perderían millones de empleos", enfatizó.
EFE