Rafael Pardo, ministro del Posconflicto.
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Gobierno se enfrenta al reto de llevar la paz a las regiones

El ministro del posconflicto, Rafael Pardo, aseguró que lo que interesa es "esencialmente que pueda haber un cambio en las condiciones de vida de la población que ha sufrido el conflicto".

La paz en Colombia significará no solo el silencio de los fusiles sino la inclusión de las regiones y el darle voz a sus necesidades, coincidieron en Bogotá funcionarios del Gobierno a cargo de las negociaciones con la guerrilla de las FARC.

"Los acuerdos tienen que pasar de ser un asunto político, militar y jurídico a un tema que tenga una expresión en el territorio, en las zonas del país que han sufrido el conflicto y en las zonas del país que han estado excluidas", declaró el ministro del Posconflicto, Rafael Pardo.

El funcionario intervino en la conferencia "¿Cómo construir la paz en los territorios? Los retos de la paz territorial", en el que participaron además el jefe negociador del Gobierno con las FARC, Humberto de la Calle, y el comisionado de Paz, Sergio Jaramillo.

Pardo se refirió al concepto de "paz territorial" e indicó que "busca esencialmente que la construcción de paz" tenga un efecto "un sentido y un aterrizaje en el territorio para cambiar las condiciones de la sociedad".

"Lo que nos interesa es esencialmente que pueda haber un cambio en las condiciones de vida de la población que ha sufrido el conflicto, que ha sido marginada por el conflicto y que tiene que tener unos claros beneficios en la construcción de paz", apuntó.

De la Calle afirmó por su parte que el "centro de gravedad en materia política" de lo que se discute en La Habana con las FARC "es lograr esa microparticipación" de las comunidades y generar un esquema de trabajo en que la "democracia participativa" apunte a la construcción de planes de desarrollo con enfoque territorial.

"El fin del conflicto es el principio de un enorme esfuerzo de largo aliento", aseguró el funcionario, quien señaló que el proceso que sigue es el de "una construcción firme, que implica una paz grande".

"No es solo la paz de los fusiles, no es cerrar, ponerle el seguro a las armas, es abrir una etapa mucho más profunda de cambios con una democracia más incluyente, con el reconocimiento de colombianos que por mil razones han sentido que están excluidos del desarrollo económico y de la participación política", complementó.

A juicio del jefe negociador del Gobierno, "ese es el desafío, un desafío de una década probablemente", pero que consideró "exige ahora el compromiso de todos los colombianos".

A su turno, el alto comisionado para la Paz manifestó que el modelo de que "el Gobierno central va a llevar el Estado a los territorios" ha "fracasado", por lo que propuso construir uno nuevo "de fortalecimiento institucional con la gente, en los territorios".

"La gente lo que más pide en este país, lo que más quiere es que los Gobiernos la oigan, lo que más quiere es que los Gobiernos la reconozcan lo que más pide es voz", agregó Jaramillo.

El Gobierno y las FARC volverán este miércoles a la mesa de diálogo en la "recta final" del proceso de negociaciones que desde hace más tres años mantienen en Cuba y con el esperan ponerle fin al conflicto de más de cinco décadas que padece Colombia.

EFE
 

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