Gobierno propone que un grupo de expertos asesore a ONU en materia de drogas
Estos expertos le darían "más agilidad" a la Comisión, ya que, a juicio del ministro, la realidad del mundo de los narcóticos va por delante de las políticas antidrogas.
El ministro de Justicia de Colombia, Yesid Reyes, ha propuesto que un grupo de expertos asesore a la Comisión de Estupefacientes de la ONU para darle "más agilidad" y contar con un seguimiento "a tiempo real de lo que está ocurriendo en el mundo de las drogas".
"La idea es que se conforme un grupo de expertos, de técnicos, que puedan hacer un monitoreo del funcionamiento de las políticas de drogas, de su aplicación, efectividad y de los nuevos retos que se van presentando", explicó hoy Reyes en entrevista con Efe sobre la propuesta que presentó en la Comisión de Estupefacientes.
La Comisión -el principal órgano de la ONU sobre drogas- se reúne en Viena hasta el 22 de marzo para preparar una crucial reunión de la Asamblea General en abril sobre el problema de los narcóticos, la primera dedicada en exclusiva a la materia en casi dos décadas.
Reyes subraya que esos expertos no sustituirían a la Comisión, ya que no tendrían capacidad decisoria sino que sólo ofrecerían "asesoramiento" y "recomendaciones" según "las evidencias que vayan recolectando".
Con estos expertos, que tendrían un perfil académico y podrían pertenecer incluso a otras agencias de la ONU, se tendría "la posibilidad de un monitoreo a tiempo real sobre qué está ocurriendo en el mundo de las drogas y se alimentaría con esa información a la Comisión de Estupefacientes, dándole, además, algunas ideas".
Estos expertos le darían "más agilidad" a la Comisión, ya que, a juicio del ministro, la realidad del mundo de los narcóticos va por delante de las políticas antidrogas.
Colombia espera que en la importante reunión en Nueva York se apruebe esta propuesta y que se lance el mensaje de que la política antidrogas debe basarse en el respeto a los derechos humanos y en "privilegiar un enfoque de salud pública en lugar de uno puramente represivo".
Reyes solicitó también que los países cuenten con flexibilidad para aplicar políticas contra las drogas en función de su propia realidad "siempre que no contravengan las convenciones internacionales" sobre narcóticos.
El ministro defendió que "la cárcel no cura las adicciones" y que la prisión no aporta nada a alguien que ha acabado allí por "un problema de salud".
"El propósito de encarcelar a una persona que consume drogas podría ser el que no volviera a consumir drogas, pero el remedio no es privarlo de la libertad, sino brindarle opciones desde el punto de vista de la salud pública", indicó.
El ministro negó a Efe que el importante aumento del cultivo de coca en Colombia registrado recientemente se deba a la suspensión de las fumigaciones aéreas con el herbicida glifosato.
Hasta su prohibición el año pasado por Bogotá, numerosas ONG habían criticado el uso de un herbicida que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera potencialmente cancerígeno.
"No tiene nada que ver con la suspensión de fumigación con glisofato, entre otras cosas porque esa suspensión se dio apenas en el mes de octubre de 2015", señaló Reyes.
Según el titular de Justicia, el aumento se debió a un cambio de ciclo y por ello se decidió lanzar una nueva estrategia el año pasado.
"En el 2007, después de un par de años que venía disminuyendo el cultivo ilícito en Colombia, se dio una subida tan grande como la de ahora. Llegamos a 160.000 hectáreas", recordó.
"Las personas dedicadas al tráfico de estupefacientes reaccionan muy rápidamente frente a las medidas estatales, saben cómo enfrentarlas, son muy dinámicas. Eso explica que nuevas políticas de drogas den resultados en un determinado periodo de tiempo y luego se agotan", indicó.
"En Colombia hemos replanteado y rediseñado la política de drogas a finales del año pasado, precisamente porque sabíamos que la forma cómo las estábamos enfrentando empezaba a dejar de ser tan efectiva e iban a empezar a crecer los cultivos ilícitos", agregó.
Reyes afirmó que en un principio la fumigación con glisofato dio grandes resultados, pero que en los últimos años los narcotraficantes trasladaron los cultivos a parques naturales y territorios indígenas en los que está prohibido por ley fumigar.
Las organizaciones criminales, destacó, "son capaces de buscar los vacíos que deja la política".
El ministro también confió en que con un acuerdo final de paz con la guerrilla de las FARC se pueda avanzar mucho en la erradicación de los cultivos ilícitos.
"En la medida en que las FARC se ha comprometido a romper todo vinculo con el narcotráfico y a ayudar con la identificación y destrucción de los campos minados y de los cultivos ilícitos, tanto el programa de sustitución voluntaria de cultivos como el de erradicación forzosa debería avanzar muchísimo más rápido", valoró.
"Hay una conexión clarísima entre la firma final del acuerdo de paz y el avance en la reducción de las plantaciones de coca, marihuana y amapola en Colombia", concluyó.
EFE