La apatía electoral ha sido la característica de los debates en el Atlántico.

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A combatir la trashumancia y derrotar el abstencionismo

Ciudadanía debe ejercer su derecho al voto de manera libre y espontánea.

En medio de un fuerte olor a trashumancia el país se dispone para una nueva jornada electoral.

La de este domingo es una jornada clave para combatir la trashumancia, contando con el apoyo de la denuncia ciudadana y la efectiva reacción de las autoridades competentes.

Las sospechosas y masivas inscripciones de cédulas prendieron las alarmas y en municipios como Candelaria, la gente se armó de garrotes para impedir el acceso de los trashumantes. No están dispuestos a que otros elijan por ellos.

Además, las recientes decisiones del Consejo Nacional Electoral, antes de combatir el problema, complicaron más el asunto, lo cual ha dejado un sinsabor entre los colombianos.

La jornada de mañana es también la oportunidad para que la ciudadanía tenga una mayor participación en las urnas y así derrotar el abstencionismo.

La apatía electoral ha sido característica durante los debates en el Atlántico, bien sea para autoridades locales, Congreso o Presidencia de la República.

Por ejemplo, en el anterior debate para Alcaldía de Barranquilla, sobre un potencial de 914.945 votantes la participación en las urnas fue de 434.066 ciudadanos (47,44%).

En esa oportunidad los votos para candidatos alcanzaron los 362,856 y en blanco 28.281 para un total de 391,137 votos válidos. Los nulos alcanzaron los 8.345 y las tarjetas no marcadas fueron 34,584.

En el mismo debate, para gobernación del Atlántico, sobre un potencial de 1 millón 606 mil 411, participaron 866.122 ciudadanos (53,91%).

Los votos para candidatos fueron 659.787 y en blanco 69,777, para un total de 729,564 votos válidos. Los nulos fueron 20,939 y los no marcados alcanzaron los 115,619.

Más recientemente, el 9 de marzo del año pasado, en las elecciones para Senado, sobre un potencial de 1 millón 690 mil 735 habilitados para sufragar, se registraron 888,027 votos, es decir, una participación de 52,52%.

Históricamente, una de las participaciones más baja del electorado en el Atlántico se registró el 25 de mayo de 2014, durante la primera vuelta presidencial.

Sobre un potencial de 1 millón 694 mil 687, apenas se registraron 411,187 votos, es decir, el 24,26%. O lo que es igual, una abstención del 75,74%.

Para la segunda vuelta, el 15 de junio siguiente, sobre el mismo potencial la votación fue de 701,949 (41,42%).

Lo importante es que la gente salga a votar, libre y espontáneamente, para no permitir que otros decidan por ella.

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