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Colombia, a la expectativa de un cambio en las fuerzas del Congreso

Este domingo serán las elecciones.

Los colombianos elegirán este 13 de marzo a la totalidad del Senado y de la Cámara de Representantes, cuya composición será crucial para la gobernabilidad del próximo presidente de la república, y donde dado el deseo de cambio del país, puede haber una metamorfosis.

El estallido social y el aumento de la violencia en las regiones muestran un contexto completamente diferente al que Colombia tenía hace cuatro años, lo que, según expertos, puede reducir el peso de los partidos de derecha en la composición del Legislativo.

En total se inscribieron 934 candidatos para los 108 escaños del Senado, de los cuales 5 ya están garantizados para el partido Comunes, surgido de la desmovilización de las FARC, como parte del acuerdo de paz que firmaron el Gobierno y la guerrilla en 2016.

También, 1.498 ciudadanos aspiran a ocupar los 188 escaños de la Cámara de Representantes, en la que se estrenarán las 16 curules de paz para las víctimas y en la que también Comunes cuenta con 5 puestos.

Las principales novedades de las tarjetas electorales este año son las reapariciones de los partidos Nuevo Liberalismo, Movimiento de Salvación Nacional (derecha) y el Movimiento Unitario Metapolítico, de corte esotérico, que habían desaparecido hace más de 20 años, así como el debut del feminista Estamos Listas, el izquierdista Fuerza Ciudadana y el derechista Gente Nueva.

Una de las incógnitas será la representación que obtendrá en el Congreso el izquierdista Pacto Histórico -del que hace parte el precandidato presidencial Gustavo Petro, que lidera las encuestas- y los resultados que pueda obtener el oficialista Centro Democrático, la mayor bancada legislativa de la actualidad y que no tendrá en su lista al expresidente Álvaro Uribe, su gran barón electoral.

Panorama diferente 

Las elecciones legislativas de este año traen consigo un panorama político diferente al de 2018 por las violentas protestas de 2019 y el estallido social del año pasado, en el que miles de personas salieron a las calles a rechazar la política económica y social del Gobierno del presidente Iván Duque.

Para Patricia Muñoz, docente investigadora de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, hay una "expectativa moderada" de renovación del Congreso que está impulsada por la crisis social que ha vivido el país durante este Gobierno, no solo por las protestas sino por la pandemia.

"En estos últimos cuatro años hay unos antecedentes que nos generan una mayor expectativa frente a los procesos de renovación", asegura a Efe y agrega que entre lo que precede los comicios aparecen "las inconformidades que se hicieron manifiestas por parte de la ciudadanía desde 2019 a través de las protestas, que tuvieron visos de violencia y que luego se aplazaron por la pandemia".

Perspectivas bajas de cambio 

No obstante, el profesor Andrés Dávila, que también trabaja en la Universidad Javeriana, considera que "no va a haber grandes cambios en los resultados del Congreso".

"Tal vez el cambio más notorio puede ser un incremento en el peso del (izquierdista) Pacto Histórico, que suba un número de curules interesante", señala a Efe.

El experto considera que la abstención se mantendrá en cerca del 50 %, como ha ocurrido históricamente, "pese a todo lo que ha pasado", pues los jóvenes salen poco a votar a pesar de que fueron los protagonistas de las manifestaciones.

"Lo que vivimos en el 'paro nacional' no fue menor, ni es despreciable, pero hay una cosa muy interesante del caso colombiano y son las dificultades de canalizar políticamente por lo que se protestó", explica.

Dávila asegura que en la campaña al Congreso no ha sido aprovechada la protesta social, como ocurrió en Chile, y, por el contrario, no cree que "esté impactando directamente" en ese camino hacia el Senado y la Cámara de Representantes.

"No creo que el Pacto Histórico logre romper el predominio de la centroderecha, pueden coger algunas curules más, pueden tener un poquito más de peso pero va a ser un peso que no es decisorio. No veo que eso vaya a cambiar, estamos muy lejos de un escenario como el de la Constitución chilena", afirma el profesor.

Nuevas voces, agenda diferente 

En la orilla contraria, la profesora Muñoz dice que puede haber "un ajuste" en el tamaño de las bancadas, pues cree que las fuerzas en las que milita la clase política tradicional -Partido de la U, Conservador, Liberal, Cambio Radical y Centro Democrático- verán reducida su representación legislativa.

"Se puede esperar que otros partidos, como el Nuevo Liberalismo, que acaba de recobrar personería jurídica; que el Pacto Histórico, que son las fuerzas de izquierda, y que la Coalición Centro Esperanza, puedan aumentar el número de congresistas por representar al sector opositor al Gobierno de turno", asegura.

Más allá de lo que pase el próximo domingo, la agenda del nuevo Congreso debería estar enfocada en buscar soluciones a los problemas que desataron el estallido social y que reflejan las necesidades de la ciudadanía, que tiene al Senado y a la Cámara como dos de las instituciones peor calificadas en las encuestas.

Entre ellos están la recuperación económica y social tras la pandemia, especialmente lo relacionado con las oportunidades de educación y empleo; el fortalecimiento de la justicia; la inseguridad creciente, tanto en las ciudades como en las zonas rurales, y la corrupción.

"Yo creo que otra gran tarea del Congreso es la recuperación de los niveles de confianza. El Congreso necesita que los ciudadanos crean más, puedan canalizar sus demandas a través del Congreso y pueda efectivamente representar los intereses de la mayoría de los ciudadanos", concluye Muñoz.

EFE

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