Aida Merlano: del vertiginoso ascenso en la política, a prófuga de la justicia
De líder de su barrio a la Asamblea, luego a la Cámara de Representantes, alcanzó su elección en Senado y el cuarto salto fue para huir de las autoridades.
La trayectoria política de Aida Merlano Rebolledo hoy está resumida en cuatro saltos.
En su barrio, Buenos Aires, al sur de Barranquilla, logró cosechar la simpatía de sus habitantes con graves necesidades básicas insatisfechas.
Así se fue ganando el apoyo ciudadano que la condujo a un aventurero primer gran salto político.
Se convirtió en candidata a la Asamblea del Atlántico, bajo el respaldo de la Casa Gerlein, en particular del constructor Julio Gerlein Echeverría.
El poder económico y empresarial de Gerlein la llevó a su primer éxito político, constituyéndose en Diputada del Atlántico, logrando la envidiable cifra de 42.275 votos. La mayor votación en ese debate electoral, en representación del Partido Conservador Colombiano.
Sin embargo, la ambición política fue más allá y para el siguiente debate electoral decidió dar un mayor salto.
Fue así como se postuló a la Cámara de Representantes para el período 2014-2018, obteniendo 67.414 votos. Con ello también alcanzó la mayor votación para Cámara en el Atlántico, siempre con el apoyo de Gerlein y avalada por el Partido Conservador.
Para el nuevo debate se registró una situación coyuntural en la Casa Gerlein. El Senador Roberto Gerlein Echeverría declinó una nueva aspiración, por lo que el nombre de Aida Merlano Rebolledo fue postulado como su reemplazo. Decisión que no cayó del todo bien en las bases gerleinistas y que a su vez produjo una división dentro de esa casa política.
Contra todos los pronósticos y en medio de la discusión interna de los gerleinistas, la candidatura de Aida Merlano Rebolledo fue avalada nuevamente por el Partido Conservador Colombiano y al final resultó elegida con 73.250, convirtiéndose en la décima votación de la colectividad a nivel nacional.
Así, el tercer salto había resultado exitoso para Aida Merlano Rebolledo, pasando de una corporación a otra más alta en tres elecciones consecutiva. Y aumentando en cada una de ellas su potencial electoral.
Quzás ello ameritaría una celebración como las conquistas de nuestra medallista Olímpica Caterine Ibargüen Mena en su especialidad de triple salto. Pero no fue así.
Cuando apenas iniciaba el festejo, tras conocer los resultados preliminares que ya la daban como Senadora electa, sobrevino lo inesperado para ella, su grupo de apoyo y seguidores.
La ‘Casa Blanca’, sede de su campaña, localizada en la carrera 64 no. 81B-72, barrio El Golf de Barranquilla, fue objeto de allanamiento y registro, teniendo en cuenta que las autoridades contaban con información confiable que indicaba que en el inmueble se desarrollaban actividades dentro de una “estructura criminal electoral' con el fin de comprar votos para conseguir un escaño en el Senado de la República en favor de Aida Merlano Rebolledo".
Más concretamente, a ella se le atribuyó el haber organizado, promovido, dirigido y encabezado una organización conformada por empresarios, particulares y políticos en el departamento del Atlántico, “con vocación de permanencia y con el fin de cometer delitos indeterminados, a objeto de perpetuar su hegemonía política en distintos cargos de elección popular a nivel nacional, departamental y municipal, transgrediendo, en particular, los mecanismos de participación democrática a través de la corrupción al sufragante, por hechos que tuvieron ocurrencia desde el año 2014, cuando se hizo elegir como Representante a la Cámara, luego en el 2015 al apoyar las elecciones de concejales, diputados y gobernadores, y, finalmente en las elecciones de marzo de 2018 cuando se hizo elegir Senadora de la República”.
Esto condujo a que se le dictara orden de captura y su consiguiente reclusión en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá, eso sí, con todas las comodidades del caso.
De manera paralela, ante la gravedad de los hechos, y dentro de sus competencias, El Consejo de Estado y la Corte Suprema de Justicia adoptaron sendas decisiones: la pérdida de su investidura como Senadora por parte del primero y la condena a 15 años de prisión por parte de la segunda.
En este último caso, la Corte Suprema de Justicia describió el modus operandi de la participación activa de Aida Merlano en la la organización, donde “logró elegir como Senador de la República para el periodo constitucional 2014-2018 a Roberto Gerlein Echeverría, y a la Cámara de Representantes además de ella, a Laureano Augusto Acuña Díaz; como Diputada a la Asamblea por el departamento del Atlántico fue elegida en octubre de 2015, Margarita Balén Méndez, y para el Concejo de Barranquilla, Jorge Luis Rangel Bello, Aissar Castro y Carlos Rojano Llinás, exesposo de Merlano Rebolledo”.
Según el fallo de la Corte, la mayoría de estas personas fueron financiadas económicamente por el empresario barranquillero Julio Gerlein Echeverría, “quien presuntamente haría parte del entramado criminal, y que entre otros propósitos, tenía el de lograr que su hermano Roberto permaneciera en el poder, ya que venía ocupando el cargo de Senador de la República desde hacía varios períodos constitucionales. Sobre esa financiación la propia procesada corroboró la información ya evidenciada en su intervención en la audiencia pública”.
La Corte precisó que para el periodo 2014 a 2018 “obtuvieron una curul en el Senado de la República y en la Cámara de Representantes, Roberto Gerlein, Aida Merlano Rebolledo e Inés López Flórez, y como Diputados Margarita María Ballén Méndez, José Manuel Daníes Peña, Merly del Socorro Miranda Benavides y Jorge Rangel, todos con el apoyo de los hermanos Gerlein. En particular, para las elecciones locales de 2015 obtuvieron curules en el Concejo de Barranquilla, Carlos Rojano Llinás, Juan Carlos Zamora Callejas, Harry Alberto Silva Llinás y Aissar Gregorio Castro Bravo. Durante los comicios del 11 de marzo de 2018, dado que Roberto Gerlein declinó su aspiración al Senado, se decidió lanzar para esa curul a la acusada misma que reconoció tal circunstancia en su intervención al ejercer su defensa material, quien además señaló que ella sabía todo, pero que quien direccionaba y solventaba la actividad proselitista era Julio Gerlein”.
Para la Corte, “el esquema de fraude electoral utilizado para resultar elegidas estas personas configuró un ilegítimo modus operandi basado en actos de corrupción, desarrollado principalmente en el departamento del Atlántico. En la cúspide de la organización se encontraban particulares y funcionarios públicos, la mayoría políticos, entre ellos Aida Merlano; luego figuraban los coordinadores y líderes de la comunidad quienes se encargaban de conseguir los votantes dispuestos a recibir dinero por el sufragio para los diferentes cargos de elección popular; y por último, los didactas y punteadores, dedicados a ilustrar a los electores de cómo sufragar y controlar el número de votos obtenidos”.
Ya recluida en la cárcel El Buen Pastor de Bogotá y cumpliendo la condena, Aida Merlano Rebolledo decidió este martes dar un cuarto salto y no precisamente electoral.
Aparentando una cita odontológica en el norte de Bogotá, en un consultorio ubicado en un tercer piso, Merlano descendió a través de una soga para dar su salto a la calle, donde era esperada por un motociclista con quien inmediatamente huyó del lugar y de las autoridades.
Un cuarto salto que ahora la convierte en prófuga de la justicia dentro de un plan predeterminado y en el cual hubo complicidad de varias personas, lo cual es materia de investigación.
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