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Por una atención humanizada de la muerte gestacional y neonatal

El día de la radicación del proyecto de ley, vi lágrimas, dolor, pero al mismo tiempo, esperanza. Las mujeres que estuvieron acompañándome en la radicación del proyecto, me demostraron, una vez más, la importancia de legislar para que se garantice la atención en salud integral y humanizada frente a una realidad que miles de familias viven a diario en Colombia y de lo que muy poco se habla: La muerte de un hijo en gestación o al poco tiempo de nacer (muerte gestacional o neonatal).

En los ojos de cada mujer que afronta la muerte de su bebé, se cuenta una historia de lucha interna para comprender e integrar una situación que nunca esperó vivir y para lo cual nadie la preparó: llegar a la institución de salud con un bebé y salir de allí con sus brazos vacíos.

Perder a un hijo, independientemente del número de semanas de gestación o días de vida que haya alcanzado, marca un antes y un después, es un dolor que desgarra el alma y que no se puede superar fácilmente. Implica para la mujer y la familia afrontar un proceso de duelo que lamentablemente la sociedad no valida e incluso subestima, representando un tema tabú que se agrava aún más, cuando en la atención en la institución de salud la mujer es objeto de tratos deshumanizantes o que violentan sus derechos. Ello deja una herida adicional en la mujer y la familia que lo afronta, la cual es imborrable.

Es el caso, por ejemplo, de una madre a quien entrevisté, Sandra Rengifo, quien tuvo que soportar llevar a cabo el parto de su hijo Emiliano fallecido en gestación, en la misma sala donde otras mujeres realizaban la labor de parto de sus hijos vivos, mientras la observaban a ella y a su bebé sin vida, el cual fue ubicado en un platón.

Otro caso, es el de Fernanda Ortiz, a quien no le quisieron entregar el cuerpo de sus bebés de 21 semanas, Luciano y Emanuel, por pesar menos de 500grs. Para la clínica, “dichos fetos, tenían el tratamiento de desecho”, razón por la cual solo le permitieron verlos unos minutos en un frasco con formol.

Foto Brazos Vacíos

Asimismo, es el caso de Ángela Muñoz, a quien, en el momento de la muerte de su hijo de 7 días de nacido, no le brindaron ningún tipo de apoyo psicológico, no fue orientada sobre la importancia de verlo y sostenerlo sin vida, recibiendo como única información: “Puede venir a recoger el cuerpo a las 3 p.m.”. Además, tampoco le brindaron información sobre qué hacer frente a su producción de leche y su duelo.

Luego de conocer estos casos (y muchísimos más) tan dolorosos, que te dejan sin habla y con un nudo en la garganta, siento empatía, solidaridad y una gran responsabilidad con todas las mujeres que afrontan la muerte de su bebé en gestación o al poco tiempo de nacer. Sus bebés NO son un desecho biológico, no son un producto, ¡SON SUS HIJOS Y ELLAS SON SUS MADRES!, y, a pesar, de que no pudieron permanecer con vida, ellos y sus madres merecen ser atendidos de forma digna, empática y respetuosa, pues siguen siendo los hijos en el cielo de estas mujeres guerreras que, diariamente luchan por transformar el dolor en amor y evitar que a otras mujeres pasen por lo mismo que ellas.

Es importante indicar, que no podemos generalizar que exista una atención deshumanizante en todas las instituciones de salud del país, porque no es así, pero sí podemos afirmar con base en la información que desde mi Unidad de Trabajo Legislativo requerí a más de 20 instituciones de salud públicas y privadas de todo el país, así como en la investigación que realicé en mi tesis de Maestría en Gestión Pública de la Universidad de los Andes, denominada “Humanización en la atención ante una muerte gestacional y neonatal: Recomendaciones para la construcción de un lineamiento”, que en este tema, existe un problema público de calidad en la atención en salud, que está impactando a las mujeres y familias de Colombia, el cual requiere correctivos inmediatos.

Para poder comprender la magnitud de esta problemática, vale la pena mencionar que en Colombia se produjeron alrededor de 37.785 casos de muertes fetales (gestacionales) al año y 4.525 muertes neonatales (DANE, 2019), y de la cifra de muertes fetales, murieron a partir de la semana 22, 15 bebés por cada 1.000 nacidos vivos (INS,2019), lo que implica que en Colombia la muerte gestacional o neonatal no es un hecho aislado o de poco interés para la ciudadanía. Por el contrario, obedece a una realidad diaria que exige una atención idónea e integral por parte del sistema de salud, teniendo en cuenta todas las dimensiones del ser humano, no solo la física.

Es por eso que, tuve la iniciativa en colaboración con JIC Fundación de apoyo ante la muerte gestacional y neonatal, de buscar que no se sume más dolor al dolor, y, por el contrario, se garantice una atención integral y humanizada que no reduzca la muerte del bebé al evento médico o fisiológico, sino que se reconozca la necesidad de atender el duelo en el contexto obstétrico o de cuidados intensivos neonatales, a través de un lineamiento aplicable a todas las instituciones de salud del país, que brinde al talento humano en salud herramientas estandarizadas y basadas en evidencia para intervenir adecuadamente en estos casos.

Por otra parte, en Colombia no existe una ley o política pública que establezca un estándar mínimo de atención de la muerte gestacional y neonatal, tampoco existe obligatoriedad de protocolos en las instituciones de salud para el abordaje de dichos casos, por lo que en la mayoría de las instituciones no se cuenta con ellos, y tampoco se ofrece formación homogénea en duelo perinatal para los profesionales en las distintas instituciones de salud, o para los estudiantes de medicina, enfermería o psicología en las Universidades.

De esta manera, el Proyecto de Ley Brazos Vacíos, nace con el fin de establecer la expedición por parte del Ministerio de Salud y Protección Social, de un lineamiento de atención integral y humanizada de la muerte y el duelo gestacional y neonatal en instituciones prestadoras de servicios de salud; promover la formación del talento en salud en dicha temática, y declarar el 15 de octubre como Día Nacional de la concienciación de la muerte gestacional y neonatal.

La pérdida de un hijo es irreparable y no hay nada que te lo devuelva. Como padre, reconozco ese amor que uno siente por sus hijos; dicen, el amor de los padres hacia sus hijos, es uno de los amores más grandes que pueden existir. Por eso me solidarizo con todas las mujeres y familias que pasan por esta situación y que no tuvieron una atención adecuada en el momento en que más lo necesitaban, pues si bien, en muchos casos no se puede evitar la muerte, si podemos como sociedad y como Estado garantizarles una forma más compasiva de iniciar su duelo y vivir con sus brazos vacíos.