Share:

Por la eutanasia de Martha Liria Sepúlveda

Esta semana estuve de visita y negocios en la ciudad de Bogotá y tuve una cena maravillosa con unos amigos del sector jurídico. En esa comida, discutimos y debatimos sobre la evolución en las libertades individuales que representaba el caso de Martha Liria Sepúlveda, y mencionamos con orgullo, que varios de los colegas que trabajaron desde la judicatura, son de nuestro círculo de conocidos.

Nadie, en ese momento, podía apostarle a que un día antes de su cita para morir dignamente, la IPS Indocol (Instituto Colombiano del Dolor) y su Comité Científico Interdisciplinario, de manera unánime decidieron reversar la eutanasia, debido a que la paciente no cumple con el criterio de terminalidad.

Sin piedad, el Comité Científico decidió que Martha Liria Sepúlveda, debía continuar una vida de dolor y sufrimiento, a pesar de que ella misma no quiere seguir viviendo.

El ELA que sufre la paciente afecta a 5 personas de cada 100.000 en el mundo. Sin fundamento legal, el Comité decide, de frente y sin miedo alguno, desafiar la decisión de la Corte Constitucional contenida en la sentencia C-233 del 23 de julio de 2021, donde se especifica que los casos como los de Martha Liria serían procedentes.

En dicho fallo, la Corte permitió que pacientes no terminales, pudieran acudir a la aplicación clínica de la muerte digna, pero al Comité Científico poco le importó el asunto.

El 10 de octubre, era una fecha para celebrar en casa de la familia de Martha Liria, pero hoy, por decisión del susodicho Comité Científico, será recordada como la fecha de la eutanasia que no fue, de la continuación del dolor, de darle prioridad a la mera existencia biológica sobre la vida digna.

El 10 de octubre, por la decisión del Comité Científico, se convierte este domingo en un domingo oscuro, triste y fracasado.

Es inaudito que el privilegio de la condición humana sea pisoteada por reveses inhumanos de un Comité Científico indolente, que sin consultar la dignidad de su paciente, se abrogue el derecho de decidir por ella su propia felicidad.

Este precedente nefasto, debe ser repelido con contundencia por la judicatura, por la representación legal de la paciente, por la comunidad médica, por la sociedad civil, por todos, para que se termine de una vez por todas con esa terrible práctica de inaplicar precedentes judiciales obligatorios.

Este tipo de intolerancias ideológicas son semillas peligrosas que toca cortar de raíz. Esta columna es por la eutanasia de Martha Liria Sepúlveda, para que no haya más prórrogas al 10 de octubre que debió ser y no fue.

Cada día que pasa se convierte en un insulto a la libre y legal decisión de morir dignamente de Martha Liria Sepúlveda.

Cada día que pasa es también una burla a la Corte Constitucional, a sus fallos, a los efectos de sus sentencias.

Cada día que pasa es una burla a la vida digna. Debemos evolucionar para preparamos no sólo para recibir a los recién nacidos, sino para despedir a los que libremente se quieren marchar de esta vida.

Esto es un deber profesional y social que debemos garantizar a todos, pero en especial, a Martha Liria Sepúlveda. Por la eutanasia de Martha Liria Sepúlveda.