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Lo dijimos: Sí o sí a la Vacuna

Mi hermano mayor cumple todos los 24 de julio, momento en el que festejamos el hecho de comenzar mis padres el camino de la paternidad y nosotros el de la familia, una fecha especial para nosotros, razón por la que solemos hacer una reunión familiar, informal, donde celebramos entre risas, quesos, vinos, aceitunas y amigos, esta vez, en Barranquilla, Colombia.

En dicha reunión no había nadie sin vacunar, no superábamos las 12 personas, pero la pregunta inicial de todos antes de confirmar la asistencia fue ¿Ya tienen todos las dos dosis de la vacuna? ¿Viajaste a ponerte la Jansen? ¿Y tu carnet de vacunación?

Entre risas y seriedad, les recordé mi columna en este mismo medio de comunicación de hace una semana, donde solicité al Presidente Duque y al Ministro de Salud, exigir la vacuna para poder acceder a beneficios públicos y privados o al menos, prohibir que aquellos que no se vacunen acudan a eventos sociales donde expongan o se pongan en riesgo, debido al ejercicio de su libertad de elegir, a todos los demás.

En ese momento, nuevamente entre risas y seriedad, que esto no es un tema ligero, pusimos sobre la mesa el caso del entrenador de Vikings de fútbol americano que rechazó la vacuna y por eso se quedó sin trabajo, Rick Denninson, quien era el coordinador de la línea defensiva del equipo en la NFL americana. Igualmente, el caso del nadador en los Olímpicos quien encendió el debate en Tokio, también estadounidense, Michael Andrew, quien decidió no vacunarse contra el Covid 19, y nos hace cuestionarnos si debe o puede competir sin vacunarse.

Imagen referencial.

Así mismo, recordamos la decisión del Presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien exigió la inmunización de los miembros del sector salud, de manera obligatoria, siguiendo los pasos de Italia y Grecia, los cuales ya habían aplicado medidas parecidas o similares.

A todo esto, encontré para escribir esta columna, que a Francia se suman países como Australia, Kazajistán, Arabia Saudita, Fiji, zonas en Estados Unidos como San Francisco y Pakistán. Sin mencionar a Indonesia, Tayikistán y Turkmenistán, que se fueron por el camino radical de la vacunación obligatoria, sí o sí, so pena de sanciones drásticas.

Por último, para aquellos que argumentan su fe para no vacunarse, el mismo Vaticano, desde febrero, ha establecido sanciones a empleados que rechacen la vacunación sin motivos de salud comprobables.

Entonces, ¿Tú qué esperas? ¿Cuáles son tus fútiles razones? El Gobierno Duque debe tomar una posición sin matices en este punto. Si decide permitir el ejercicio de la libertad individual en posible perjuicio de la mayoría para ciertos individuos, debe al menos establecer limitaciones serias o absolutas para aquéllos, de acudir a eventos públicos privados y/o estatales, con el fin de proteger a los demás.

Por parte del Gobierno se deben establecer sanciones razonables y proporcionales que permitan, pedagógicamente, convertir a aquéllos sumidos en la ignorancia de la falsa información, para que puedan retomar el camino de la razonabilidad y el entendimiento.

No seamos los últimos en implementarlo, Presidente Duque, si lo va a hacer, que sea ya, que no pase de la otra semana. Vacúnate, sí o sí, o paga las consecuencias