Ellen Støkken Dahl y Nina Dølvik Brochmann son médicas noruegas y autoras de ‘El libro de la vagina: todo lo que necesitas saber y que nunca te has atrevido a preguntar’ en el afirman que “la virginidad es una farsa”.

“En la cultura popular actual hay muchos ejemplos sobre el mito del himen: en la televisión, en libros. Todavía se cree que la mayoría de las mujeres sangran la primera vez que tienen una relación sexual y que es posible notar una diferencia entre las mujeres que son vírgenes y las que no son”, afirma Dahl.

La pregunta Sin Recato de hoy es: ¿Saben qué es el himen? Es una membrana delgada, elástica y carnosa, ubicada en la entrada de la vagina. Su función, a decir verdad, no tiene. Es más, el símbolo que representa ‘la pureza’ de la mujer, según la sociedad.

El himen se forma durante la gestación y cambia con los años. Al comienzo es muy grueso y con el tiempo se vuelve más delgado. Tiene diferentes formas y tamaño y el más común tiene forma de medialuna. El himen permite la salida de la menstruación de manera natural, pero no pasa en todos los casos.

Curiosidades:

El himen no es una membrana cerrada, durante el coito, no desaparece. En la mayoría de los casos se mantiene abierto y es normal.

El himen más común es el normal que tiene un agujero que da paso a la menstruación. Es cómodo al uso del tampón y a la copa menstrual.

El himen microperforado tiene un tejido cerrado que dificulta la salida de la menstruación y, por supuesto, dificulta el uso de tampones. Para mejorar, se recomienda una microcirugía para lograr el tamaño normal.

El himen septado tiene tejido extra, formando dos agujeros en la vagina. Como dificulta la salida de la menstruación, también requiere microcirugía.

El himen imperforado: La membrana cubre totalmente el orificio de la vagina y no es evidente hasta la primera menstruación porque se dificulta la salida. Esta condición puede provocar cólicos y dolor por lo que se requiere una cirugía que remueva el tejido extra.

Hay mujeres que nacen sin himen y por supuesto esta situación solo puede ser evaluado en un examen ginecológico.

La apariencia del himen puede variar como el clítoris, la vulva o los senos de cada mujer.

Brochmann se refiere a la forma: “El himen es más parecido a una coleta para el pelo o una goma elástica”, por lo que está lejos de ser una membrana delicada que cubre la entrada de la vagina.

Marta Torrón, fisioterapeuta del piso pélvico y experta en fisiosexología, lo describe de una manera particular: “La mayoría de los hímenes son trocitos de carne, bien distintos en cada mujer. Pueden ser dos, tres trozos más grandotes o cuatro o cinco trozos más pequeños, como pequeños pétalos del mismo color de la mucosa de la vagina”.

Los expertos confirman que no hay nada en su aspecto que revele un antes y un después, luego de tener una relación sexual, y tampoco hay un examen o procedimiento médico que determine si una mujer ha tenido sexo vaginal o no.

Un estudio de 1906 concluyó que el himen de una trabajadora sexual no sufría ningún cambio al tener relaciones sexuales y que mantenía un aspecto similar al de una joven que no había tenido sexo. Un estudio más reciente en 2004, en el que se analizaron 36 jóvenes embarazadas, se estableció que 3 de ellas, conservaban su himen intacto, aun estando embarazadas.

La OMS y la ONU piensan que las llamadas pruebas de virginidad (examen vaginal para verificar si el himen está intacto) son una completa violación a los derechos de las mujeres y respaldan su prohibición. Sin embargo, estas se siguen realizando, por lo menos, en 20 países, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido.

También se sigue practicando la himenoplastia, un procedimiento quirúrgico que promete ´reparar el himen´ a pesar de que este no se rompe.

Científicamente, la virginidad es un concepto sociocultural que ha sido utilizado para controlar el placer y la sexualidad de las mujeres. Las mujeres no están perdiendo nada, solo están iniciando su vida sexual.

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