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¡Ese bendito gol... como el centavo para el peso!

El dicho popular “nos faltó el centavo para completar el peso” bien aplicado que le cae desde hace buen rato a muestro equipo Junior. Aquí habría que cambiar el término “faltó el centavo” por “falto un golcito, un bendito gol para seguir en competencia".

Se ha vuelto reiterativo en la escuadra rojiblanca la falta de una anotación para mantener competencia y vivas posibilidades de seguir avanzando a instancias importantes. Si nos remitimos por ejemplo a la Copa Libertadores en la que formamos grupo junto a River Plate, Santafé y Fluminense, los resultados así lo demuestran.

Cuando teníamos todo a disposición frente a los santafereños ya eliminado, Junior que había igualado en casa 1-1 con los capitalinos, solo necesitaban un gol para pasar a cuartos de final. Además los bogotanos estaban disminuidos por el Covid 19. Junior solo logró igualar sin goles quedando marginado a pesar que Fluminense con la victoria a domicilio frente a River le había dejado expedito el camino.

Fue lamentable aquella oportunidad desperdiciada cuando todo parecía dispuesto. Igual pasó en la semifinal de la liga frente a Millonarios. En Barranquilla  Junior que ganaba 3-1 y podía ampliar la diferencia solo logró imponerse 4-3 a los embajadores.

En Bogotá en el juego de vuelta los “Tiburones” desperdiciaron oportunidades para marcar por lo menos un gol que hubiera forzado a los penaltis. Se perdió 2-0 y quedó fuera de posibilidades para disputar el título del semestre reciente. Nuevamente ese golcito necesitado nunca apareció.

Ahora en esta segunda oportunidad de Copa Suramericana repetimos la historia. En el Estadio Roberto Meléndez desperdiciamos la ventaja tempranera y finalmente caímos 4-3 ante Libertad del Paraguay. “Contra la pared” quedaba la esperanza de revertir con  un triunfo de 2 goles de diferencia en tierra paraguaya. Solo en los últimos minutos se pudo marcar un gol con “Cariaco” González y fue entonces cuando se pretendió marcar el otro gol que nos diera la clasificación. 

No fue posible y aunque se ganó de visitante, la eliminación fue una nueva muestra.

Otra lamentable “derrota” a nivel internacional frente a rivales a los que sobre el papel debían haberse superado. Con el agravante esta vez de un tiro penalti desperdiciado por un “refuerzo” traído precisamente para hacer goles y no para desperdiciarlos. Cristian Martínez Borja, “nos complace” con un penalti para muchos displicentemente ejecutado.

A todo este recuento habría que anexarle otros que no recordamos en estos momentos, pero que ha sido característico en el equipo con los goles faltantes, por lo menos uno, que nos habría encumbrado más allá de donde llegamos. Tan característica esta falencia productiva como improductivo resulta el fútbol que practica. 

Razón tiene el reconocido periodista y analista deportivo Luis Arturo Henao cuando señala que Junior tiene 4 graves pecados: 1- No ha aprovechado la nómina que ha tenido en los últimos dos años. 2- No ha encontrado una forma de juego productiva. 3- No ha jugado ninguna final. 4- No ganó ninguna de las siete competencias que ha jugado.

Y, es que resulta imposible que un equipo con su característico fútbol insulso, paquidérmico, tedioso y temeroso, pueda conseguir resultados positivos. Junior plantea un sistema de juego de espalda al arco rival.

Mediocampistas y atacantes reciben siempre el balón mirando hacia la portería de Viera en vez de recibir perfilado al frente, con la mira hacia la portería contraria. Jugadores como Hinestroza y Cetré  cuando tienen posibilidad de avanzar al área chica prefieren regresarse, se dedican a devolver el balón al medio y los volantes hacen lo propio con los defensores para eludir responsabilidades.

De tal manera que facilitan el trabajo de los rivales. Resulta entonces improductivo el fútbol juniorista aunque  en apariencia el equipo luzca como dominador del juego.

Lo peor de todo es que no parece haber solución a la vista. El técnico Luis Amaranto Perea que ha fracasado en dos Copas Libertadores: (2020- 2021) dos Copas Suramericanas (2020-2021) dos Ligas (2020-2021) y una Copa Colombia en menos de un año, defiende su actuación diciendo que si hay siete eliminaciones es porque se ha llegado a esas siete clasificaciones. 

Diríamos en cambio que, si en siete oportunidades seguidas no hemos logrado absolutamente nada de los objetivos posibles, es conveniente dar un paso al costado. Eso creemos nosotros.

Junior está considerado como equipo “Grande” de Colombia y a esos llamados grandes hay que exigirles triunfos, títulos y buen fútbol. No podemos darnos el lujo -como dice el hincha Daniel Ortiz- “de regalar 4 goles en casa, ganar un solo partido en Copa Libertadores, clasificar octavo en la última fecha de la liga, eso es una vergüenza. Las camisetas y los escudos deben pesar y ser respetados”.

A este Junior de Amaranto Perea le falta además algo intrínseco del futbolista costeño: el pundonor, la verraquera o dicho en lenguaje esquinero, le falta “Perrenque” para defender el nombre y el honor de sus colores rojiblanco.