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Colombia: ¿democracia cada cuatro años?

Colombia es el país de América Latina con una institucionalidad sólida y democrática más antigua. Con todas sus virtudes y defectos ha funcionado. Más defectos que virtudes.

Ha sido una democracia que nunca cumplió ni con su última constitución. Se ha realizado lo que planteaba en la antigüedad Platón y Aristóteles: La democracia es una forma de constitución corrupta. Es decir, degenerada. Para Platón bajo el criterio de distinción “¿quién gobierna?”, la democracia es la forma corrupta de la “Politeia”, que es como Aristóteles llama al “gobierno del pueblo”. Para el segundo, se debe tomar como criterio además del quién, “como gobiernan” para lo cual usa el termino genérico de “politía” o constitución. (Traducción de Politeia) para indicar el gobierno de muchos.

 El orden jerárquico acogido por Aristóteles no parece diferente del sostenido por Platón, pues el criterio de jerarquización es el mismo. N. Bobbio (1986).

La representación de la democracia, ha cambiado desde el siglo XVIII. Primero se había definido la democracia por la soberanía del pueblo y la destrucción de un antiguo régimen fundado en la herencia, el derecho divino y los privilegios. La democracia se confundió entonces con la idea de la nación, especialmente en E.E.U.U. y en Francia, y sobre todo el creciente predominio de los problemas económicos sobre los objetivos políticos relanzarían en el siglo XIX la idea de soberanía popular por el concepto de un poder que estuviera al servicio de los intereses de la clase más numerosa. De esta manera más general, la democracia se hizo más representativa y, de Benjamín Constant a Norberto Bobbio, sus principales teorizadores hicieron de la democracia un criterio de la libertad del hombre moderno.

Norberto Bobbio siguiendo a Kelsen insiste siempre en una definición formal de democracia, concebida como un simple método “en cuanto compuestas a todas las formas de gobierno autocrático, es considerarla como caracterizada por un conjunto de reglas (primarias o fundamentales) que establecen quien está autorizado para tomar las decisiones colectivas y bajo qué procedimientos”. N. Bobbio (2002)

Posteriormente, Bobbio sugirió a otras caracterizaciones, de los sistemas democráticos - la democracia- como mercado y como compromiso con su planteamiento sobre las falsas promesas: el nacimiento de la sociedad pluralista, la reivindicación de los intereses, la persistencia de las oligarquías, el espacio limitado, el poder invisible y el ciudadano no educado.

Todas esas falsas promesas, conducen a un fracaso de la democracia, que Bobbio no le llama crisis; porque “crisis hace pensar en un colapso inminente: en el mundo la democracia no goza de optima salud y, por lo demás, tampoco en el pasado pudo disfrutar de ella, sin embargo, no está al borde de la muerte” N. Bobbio. (1997).

En nuestro país, ninguna de las promesas de la democracia, se ha realizado. Aquí en Colombia, convocan al constituyente primario cada cuatro años, para sufragar o elegir al príncipe de turno; es un constituyente sometido a sangre, fuego y hambre, cuando pide en la calle sus derechos democráticos.

Nuestra democracia vive bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes. Es el temer, porque, son ellos los que pueden dejarse llevar por el demagogo y sus promesas disparatadas, los que pueden oponerse a las formas positivas de regeneración o de remordimiento del estado. Es decir, el peso de la ignorancia es verdaderamente peligroso, sobre todo porque esa ignorancia es la incapacidad de hacer explicitas nuestras demandas sociales a los demás y de comprender a las demás propuestas que otros nos hacen, ese es el tipo de ignorancia realmente peligrosa porque provoca que algunas personas vivan supeditadas a los que saben o dicen otros.

En nuestro país la política democrática esta personificada: “el que diga Uribe”. Los de aquí son de “Char”. El bolígrafo de oro de “Petro” para elegir a sus representantes;  o como lo ha planteado Gilberto Sanín Tobón quien riposto diciendo que preferiría un quilométrico etc. etc.

Esa personificación política diluye al seudo-politico democrático que no pueden emitir un concepto a favor o en contra.

Esos candidatos invierten millones y millones de pesos en sus campañas. No es un candidato, es un empresario y como empresario dice – Carlos Gaviria Diaz – cuando sea senador o alcalde, solo pensará en sacar lucro, provecho y en lo que menos pensará será en la gente: “el que paga para llegar, llega para robar”.

Democracia en Colombia, solo existe someramente cada cuatro años cuando salimos a votar por el que nos personalicen los nuevos amos del negocio electoral. Y seguro que para este domingo 19 de junio que se avecina se realizará de nuevo los que nos planteó en la década de los años 60 del siglo pasado el sociólogo y sacerdote insurgente Camilo Torres Restrepo: “el que escruta elige”. Y pueda ser que mis argumentos sean falsos, para que el nuevo títere si es elegido: “no se limpie el culo con la ley”.