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‘Aquasutra’, sexo en el agua

¿Qué levante la mano quién no ha tenido sexo en el mar o en una piscina, o bajo la regadera del baño? Tranquilos si aún no han cumplido esa fantasía sexual, aquí les tengo un sencillo ‘aquasutra’ para que tengan una experiencia inolvidable.

El abrazo apasionado:  Seguramente cuando van al mar han visto a lo lejos alguna pareja abrazada apasionadamente. Lo más prudente es que no se acerquen porque a lo mejor hay fuego en el agua.

Esta postura es muy práctica, consiste en rodear la cintura de su pareja con sus piernas mientras él está de pie. Por supuesto los cuerpos son muy ligeros en el agua y la penetración en este ángulo es muy placentera al igual que la conexión emocional al estar frente a frente. Si no son buenos nadadores mejor no se arriesguen a maniobrar en aguas profundas.

El caballito de mar:  Esta posición es muy parecida a la vaquera inversa (mujer arriba). El hombre debe recostarse con las piernas ligeramente flexionadas y la mujer debe sentarse encima de él. Ella llevará el control y la penetración será muy intensa. Se recomienda practicar en la parte menos profunda de la piscina y por supuesto sin curiosos.

La escalera de placer:  El principal elemento es la escalera de la piscina. En esta posición debes recostarte y sentarte en una escalera dentro de la piscina y el hombre te penetra de pie, así que está vez será él quien lleve el control, el ritmo y la intensidad.

Submarino oral: En esta posición se necesita una colchoneta inflable. Ella se acuesta boca arriba en la colchoneta, de forma que el torso y la cabeza queden fuera del agua y apoya las piernas en el borde la piscina. Él se pone entre las piernas para practicarle sexo oral.

Perforación de onda: Esta posición es ideal para bañeras o jacuzzis. El hombre está con las piernas cruzadas y la mujer se sienta sobre él, quedando frente a frente. En esta ‘aquaposición’ la mujer controla el movimiento con sus caderas.

Rafting sexual: Ella está sobre el borde de la piscina con las piernas dentro del agua y él se afirma sobre las piernas de la mujer, una de cada lado del cuerpo para dar paso a la penetración.

Algunas recomendaciones que deben tener en cuenta cuando tienen sexo bajo el agua e incluso en la playa:

Usar lubricante:  El agua no servirá de lubricante todo lo contrario.  Lo más recomendable es usar un lubricante de silicona (no soluble en el agua) permitiendo que la penetración sea más cómoda para ambos.

Sexo en la piscina: El cloro del agua puede provocar infecciones vaginales. Lo más práctico es bañarse de una al salir de la piscina para evitar males futuros.

Sexo en la ducha: El baño es un lugar excelente para tener sexo de pie, ambos disfrutan de este placentero momento, sin que haya exceso de agua en sus genitales.

Es importante tener algún apoyo para sostenerse y un tapete antideslizante para evitar un accidente que acabe con la acción.

Sexo en el mar: El agua salada y la arena pueden provocar irritaciones e infecciones en la piel. Si quieren más aventura y tener sexo en la playa, es mejor poner una toalla que proteja sus genitales de la arena.

Sexo seguro: El agua no evita los embarazos, ni las enfermedades de transmisión sexual, así que si no estás con tu pareja estable es mejor usar un preservativo y hacerlo previamente para que no se rompa o se salga.

La psicóloga y sexóloga María Victoria Ramírez Crespo asegura que este tipo de relaciones sexuales permiten la expresión erótica de la pareja: “Esta práctica sexual puede llegar a ser muy placentera, por las sensaciones del tacto y el menor peso de los cuerpos”.

Además, comenta que el agua proporciona un espacio que incita a probar otras caricias, juegos o experiencias más atrevidas: “La piel es la gran olvidada de los encuentros sexuales, que solemos centrar en los genitales, con lo cual las sensaciones eróticas que se reciben en el agua pueden ser novedosas para muchas personas”.

La experta asegura que en el sexo en el agua no hay reglas y por supuesto para algunas personas puede resultar placentero y para otras no: “Lo importante es conocerse y saber comunicar y negociar bien los gustos y preferencias con la pareja, tanto si se trata de una pareja estable como de una pareja ocasional”.

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