La inyección tiene una efectividad del 96%.
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Vía Sopitas.com

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Suspenden estudio de la inyección anticonceptiva masculina por causar depresión

El estudio sobre su eficacia demostró 96% de éxito, pero genera efectos secundarios.

Cuando el mundo aplaudía el anuncio de la eficacia en un 96% de la llamada inyección anticonceptiva masculina que pondría fin al tabú de que la mujer es la mayor responsable a la hora de evitar un embarazo, científicos determinaron que esta causa efectos secundarios que afectan la estabilidad emocional de los hombres. 

Elisabeth Lloyd, profesora en el Instituto Kinsey de Sexología, detalló a CNN que "El 20% o el 30% de las mujeres que toman píldoras anticonceptivas orales experimentan depresión y tienen que tomar medicamentos para ello” y cuando los investigadores de la inyección masculina evaluaron este aspecto en su método “terminaron este estudio porque mostró que la depresión afectaba al 3% de los hombres” que la probaron. 

¿Qué arrojó el estudio?

En total 320 hombres, con edades entre los 18 y los 45 años, fueron sometidos al estudio. A las mujeres se les pidió que usaran métodos anticonceptivos no hormonales, mientras que a los hombres se les aplicaron 1.000 miligramos de una forma sintética de la testosterona y 200 miligramos de enantato de noretisterona, a cada uno. 

Un urólogo del NYU Medical Center explicó a la cadena CNN que cuando el cerebro procesa la información de la cantidad de testosterona que posee en ese momento deja de producir las propias, por lo que se reduciría la fertilidad y su seguridad se comprobaría fácilmente. 

En efecto, los resultados fueron positivos. Reveló CNN en su informe que los hombres proporcionaron muestras de semen para verificar que los niveles de espermatozoides se mantuvieran bajos. Posteriormente se estudió si era reversible, dejando de ser inyectados y pasando a una revisión para comprobar que seguían siendo fértiles según el concepto de fertilidad de la OMS. 

Pese a ello, según CNN “debido a los efectos secundarios, en particular la depresión y otros trastornos del estado de ánimo, los investigadores decidieron detener el estudio en marzo de 2011, antes de lo previsto. Los últimos participantes terminaron el tratamiento a finales de 2012”.

Esta investigación fue co-patrocinada por las Naciones Unidas y sus resultados se publicaron el pasado jueves en la revista Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism. 

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