Corea del Norte realiza un nuevo lanzamiento de un misil al Mar de Japón.
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EFE

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Pyongyang endurece su desafío a Seúl y Washington con otra prueba de misiles

Lo lanzaron desde su costa oriental y cayó en el Mar de Japón, informaron hoy los gobiernos de Seúl y Tokio.

Corea del Norte volvió a realizar hoy otro ensayo de misiles, lo que endurece aún más su desafío a la comunidad internacional y en especial al nuevo Gobierno de Seúl, que había mostrado su intención de tender la mano al aislado régimen de Pyongyang.

El Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) anunció que Corea del Norte disparó "al menos un misil" (aún se está realizando un análisis para determinar el número exacto de proyectiles disparados) en torno a las 5.09 hora local (20.39 GMT) desde la base aérea de Kalma, en la localidad de Wonsan, en la costa oriental del país.

Seúl considera que es un diseño basado en los Scud soviéticos: un proyectil de corto alcance con un rango de entre 300 y 500 kilómetros y normalmente denominado Hwasong-6 por el Ejército norcoreano.

El misil alcanzó una altura máxima de unos 120 kilómetros y recorrió unos 450 kilómetros hacia el este antes en caer de la Zona Económica Especial (EEZ) de Japón (espacio que se extiende a unos 370 kilómetros desde sus costas), país que ha condenado con dureza la acción.

Por otro lado, algunos expertos creen que el misil podría ser un Hwasong-7 -otro rediseño del Scud con un rango extendido de hasta 1.000 kilómetros que pone también a tiro el archipiélago nipón- disparado con un ángulo más abierto para reducir su alcance.

El JCS advirtió, en un comunicado publicado después del lanzamiento, de que "los repetidos actos de provocación de Corea del Norte solo acelerarán su aislamiento y serán respondidos de manera contundente por nuestro Ejército, la alianza Corea del Sur-EEUU y la comunidad internacional".

"El Gobierno (surcoreano) no tolerará ningún tipo de provocación y responderá con severidad", argumentó por su parte el Ministerio de Exteriores en Seúl en otra nota.

El de hoy ha sido el noveno ensayo de misiles norcoreano en lo que va de año y el tercero desde que el nuevo presidente liberal surcoreano, Moon Jae-in, accedió al cargo hace apenas tres semanas.

Pyongyang parece querer enviar a Seúl el mensaje de que la doble vía que pretende explorar Moon (que ha prometido mejorar el diálogo pero mantener a la vez mano dura con la sanciones) no arrojará mejores resultados que los cosechados por las administraciones conservadoras que han gobernado en el Sur durante la pasada década.

El pasado jueves, el Gobierno surcoreano autorizó, por primera vez desde que todo intercambio fue congelado en 2016, el contacto entre una ONG local y representantes norcoreanos con el objetivo de reanudar la asistencia humanitaria al Norte y otros programas de cooperación intercoreanos.

Un portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación insistió hoy, tras el lanzamiento, en que Seúl puede "hacer frente con firmeza a las provocaciones" del Norte e intentar fomentar a la vez el intercambio civil en un marco que no vulnere el régimen de sanciones que pesa ya sobre Pyongyang por sus continuos test de armas.

En ese sentido, subrayó que ante la actual situación que se vive en la península es preferible mantener vivos los contactos con el régimen de Kim Jong-un.

Los insistentes ensayos armamentísticos de Pyongyang desde el año pasado han provocado un aumento de la tensión en la región y una escalada verbal con la nueva Administración del presidente de EEUU, Donald Trump, que ha insinuado que estudia posibles ataques preventivos.

Este último test llega además justo después de que los líderes del G7 se reunieran este fin de semana en la localidad siciliana de Taormina, donde emitieron un comunicado en el que se urge a Corea del Norte a "abandonar todos sus programas de misiles balísticos y nucleares de forma completa, verificable e irreversible".

El G7 amenazó con reforzar las sanciones que ya pesan sobre el aislado país asiático si no opta por la desnuclearización. 

EFE
 

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