Los presidentes de Guatemala y Colombia.
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Próxima Cumbre Iberoamericana en Guatemala tratará la "fuga de cerebros"

También se hablará de educación, juventud y emprendimiento, para seguir la línea de los temas tratados en Cartagena.

Aún con la resaca de la XXV Cumbre Iberoamericana del fin de semana pasado en Cartagena, Guatemala ya piensa en la próxima edición, que se hará en 2018 en ese país y que continuará centrándose en la educación, la juventud y el emprendimiento para paliar la migración y la "fuga de cerebros".

Guatemala tiene "un serio problema de migración", pues niños de 8 y 10 años emigran, principalmente, por razones económicas, explica con preocupación en una entrevista con Efe el ministro de Relaciones Exteriores guatemalteco, Carlos Raúl Morales, que agrega que eso sucede "porque no tienen una oportunidad en el país".

Según estadísticas de la Dirección General de Migración (DGM) de Guatemala, las autoridades migratorias de Estados Unidos y México deportaron a 64.604 guatemaltecos en los primeros 9 meses de 2016, un 18,27 % menos que en el mismo periodo de 2015, cuando se devolvieron 79.048.

Pero la migración, arguye Morales, se debe a una concatenación de adversidades, que pasa por no haber podido estudiar, por los altos índices de desnutrición que padecen desde que están en el vientre de su madre y por los elevados niveles de pobreza.

Por ello, uno de los objetivos de Guatemala en estos dos años, en los que va a ostentar por primera vez y con "orgullo y satisfacción" la Presidencia Pro Témpore de la Cumbre Iberoamericana, será dar continuidad a lo trabajado por Colombia e intentar lograr "un intercambio con todos los países iberoamericanos de buenas prácticas para seguir diseñando políticas" en este sentido.

El propósito es educar a los jóvenes, "para que puedan emprender en los países de origen, no en los de destino" y que así no se vean en la necesidad de abandonar su patria: "La fuga de cerebros es demasiado alta".

Y tal y como se logró en esta edición, en la que los 22 países miembros ratificaron el Pacto Iberoamericano por la Juventud, el fin es que en 2018 se logre otro gran acuerdo por la educación y otro por el emprendimiento.

Otro de los puntos en los que prestará especial atención Guatemala, avanza el canciller, será en dar a conocer el país, un "gran tesoro del que, lamentablemente, hacemos muy mal marketing": "Queremos que Guatemala, y en particular (la ciudad de) Antigua, se conviertan en la capital Iberoamericana durante este bienio".

Para dar a conocer las "riquezas y bellezas" del país, las reuniones sectoriales de este foro político se realizarán en distintos puntos del país, como Tikal, Quetzaltenango o Retalhuleu, hasta que la reunión de jefes de Estado y presidentes se celebre, probablemente en noviembre de 2018, en la ciudad colonial de Antigua.

Antes, se ha invitado al rey de España, Felipe VI, para que en el primer semestre de 2017 venga a Guatemala y así hacer el lanzamiento oficial de la presidencia de la Cumbre Iberoamericana 2018 y presentar los trabajos y los temas que se abordarán.

Morales, que recibe a Efe en su despacho con la fatiga aún de la vigésimo quinta edición de este foro, formado en 1991 en México y que desde 2014 se celebra cada dos años, destaca la importancia de acoger esta cita que, a pesar de las críticas, representa un espacio para promover "la cultura, la educación y la paz" y para unir a la región con la península ibérica.

"Hay que entender cuál es el objetivo de cada cumbre. La cumbre lo que le permite a los jefes de Estado es sentarse alrededor de una mesa a hablar, a verse a los ojos, a discutir y a conversar franca y abiertamente de dónde me duele (...) y encontrar soluciones a esos problemas", detalla.

Y es que las críticas de este evento, celebrado el viernes y el sábado pasados en la ciudad colombiana de Cartagena, surgieron, entre otros motivos, por no haber tratado, en la declaración final, la crisis que vive Venezuela, país que fue representado por su canciller, Delcy Rodríguez, y no por el presidente, Nicolás Maduro.

Pero este tema, manifiesta el canciller Morales, estuvo sobre la mesa y se discutió, aunque no se hiciera público. Y lo que se acordó, en un debate "franco y honesto" y con el respeto al "Estado de derecho, la soberanía y la integridad territorial" de la vecina Venezuela, es que "la solución a cualquier crisis es el diálogo".

"Lo que hicimos fue promover un diálogo, pedirle a todos los sectores (de Venezuela) que amen su país, que lo quieran (...). Y para poderlo cuidar tienen que promover el diálogo", insiste el diplomático, quien reconoce que los 22 miembros de la Cumbre Iberoamericana coincidieron en darle seguimiento y apoyo.

EFE

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