Caza francés durante las operaciones de intervención en Libia a comienzos de la 'primavera árabe'
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Gobierno de Tripoli denuncia que hay comandos franceses luchando en Libia

Comandos franceses estarían apoyando las acciones del Ejército leal a Tobruk, facción que se opone al Gobierno de la capital.

El Gobierno de Trípoli aseguró que hay tropas francesas que combaten en Libia y apoyan al Ejército leal al Ejecutivo rival de Tobruk.

En un comunicado, el jefe del Gobierno de la capital, Jalifa el Gauil, aseguró que varios comandos franceses se han sumado al asedio que el polémico general Jalifa Hafter, jefe del Ejército leal a Tobruk, levantó sobre la ciudad libia de Bengasi en mayo de 2014.

"Hafter azuza la guerra en la ciudad de Bengasi con las fuerzas extranjeras", subrayó Al Gauil, quien exigió al antiguo general de Muamar al Gadafi que cese "de inmediato" los ataques contra esa urbe, la segunda en importancia del país.

Los autores de los recientes ataques en Bengasi y la ciudad de Ajdabiya son los mismos que asediaron la ciudad occidental de Sabratah y cuyo objetivo es destruir "la revolución del 17 de febrero", que en 2011 derrocó la dictadura de Muamar al Gadafi, agregó.

El diario francés "Le Monde" reveló ayer que Francia lleva a cabo operaciones "secretas" a través de sus fuerzas especiales en Libia, pero aseguró que tenían como objetivo la destrucción de la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

A estas maniobras, "puntuales" y con "objetivos precisos", se añaden otras con carácter "clandestino", dirigidas por el servicio de inteligencia exterior francés (DGSE), indicó "Le Monde", que cita varias fuentes oficiales.

Un día antes, fuentes de seguridad en Bengasi habían asegurado que Hafter "ha conseguido en los últimos días cambios tácticos y apoyo logístico de varias partes, entre ellas una fuerza francesa compuesta por 180 soldados".

La nueva ofensiva sobre la ciudad coincide con las discusiones que mantiene el Parlamento de Tobruk para la aprobación del Gobierno de unidad nacional libio propuesto por el Consejo Presidencial designado por la ONU, al que se opone Hafter.

Se inició, además, un día después de que aviones de combate estadounidenses bombardearan dos edificios en la ciudad occidental de Sabratah y mataran a 50 personas, entre ellas dos diplomáticos serbios secuestrados meses atrás.

De acuerdo con las autoridades militares norteamericanas, el objetivo de ese ataque era un conocido cabecilla yihadista tunecino al que se vincula con el Estado Islámico y al que se acusa de instigar dos de los tres atentados que Túnez sufrió en 2015.

Aun no se ha revelado si ese yihadista pereció o sobrevivió al ataque.

Al Gauil instó hoy a Túnez a adoptar todas las medidas que sean necesarias para frenar la infiltración de los ciudadanos tunecinos en territorio libio.

"Se está reclutando a tunecinos para desestabilizar la seguridad y la estabilidad en Libia, algo que sirve para las agendas secretas", declaró el presidente, en aparente alusión a los intereses de las potencias extranjeras.

Además, pidió de la comunidad internacional, y en especial a las Naciones Unidas, que asuman su responsabilidad por las amenazas a las que hace frente Libia "por la interferencia extranjera en sus asuntos".

EFE

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