Manifestantes se enfrentan a Carabineros mientras se registran diversas protestas en contra del Gobierno, demandando mejoras sociales en Santiago (Chile).
Manifestantes se enfrentan a Carabineros mientras se registran diversas protestas en contra del Gobierno, demandando mejoras sociales en Santiago (Chile).
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EFE

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El presidente de Chile admite abusos policiales y se abre a cambiar la Constitución

Protestas han dejado 20 fallecidos.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, reconoció que ha habido casos de abusos y excesos policiales durante las protestas en Chile, y se mostró favorable a realizar cambios en la actual Constitución.

"Ha habido excesos, abusos, incumplimiento de las reglas del uso de la fuerza, mal criterio o delitos. Pero eso tiene que ser investigado por la Fiscalía y juzgado por los Tribunales de Justicia", advirtió Piñera en conversación con el diario El Mercurio.

Las protestas, que cumplen este sábado 22 días, han dejado 20 fallecidos, seis de ellos ciudadanos extranjeros, y del total de las muertes 5 ocurrieron presuntamente a manos de agentes del Estado.

Además, según los datos del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), un ente estatal, pero independiente, se contabilizan 1.915 heridos, de los que más de la mitad son por disparos (de bala, perdigones, balines de goma o arma de fuego no identificada).

Sin embargo, al ser preguntado si se han registrado violaciones a los derechos humanos durante el transcurso de las protestas, Piñera prefirió apuntar a la "prudencia" y no emitir ninguna opinión al respecto.

En lo que sí fue tajante el presidente chileno fue a la hora de defender la salida de los militares a las calles para hacerse cargo del orden público en los primeros días, cuando se decretaron los estados de emergencia y toques de queda en casi todas las regiones del país, por primera vez desde la vuelta a la democracia.

Incluso agregó que si las circunstancias se repitiesen, volvería a hacerlo.

Sobre la posibilidad de modificar la Constitución, originada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y modificada varias veces a lo largo de la vuelta de la democracia, Piñera se mostró favorable a los cambios.

Una idea que, sin embargo, queda a medio camino de la demanda social que se exige en las calles: una nueva Carta Magna y no una actualización de la existente.

La ciudadanía hace ya tres semanas que sale a diario a manifestarse contra la desigualdad social que existe en Chile en masivas protestas en todo el país, pidiendo cambios en el modelo liberal de Chile en materias como pensiones, salud, educación, transporte, costes de los servicios básicos o los medicamentos.

A las peticiones concretas, con el paso del tiempo, se sumó la idea de que el país necesita una nueva Constitución, más allá de pedir la renuncia del mandatario.

"Los cambios a la Constitución tienen que ser más profundos y más intensos de lo que pensaba hace algunos años atrás. No quiero comprometerme con plazos, pero tengo claro que hay un sentido de urgencia. Esto es para ahora", indicó el presidente.

En ese sentido, Piñera señaló varios puntos que la actual Carta Magna chilena necesitaría actualizar.

Por un lado consideró que es necesario "definir mejor los derechos de las personas" y establecer cómo se van a cumplir y respetar.

En cuanto a la responsabilidad del Estado, puntualizar más claramente cuáles serán sus obligaciones con respecto a la población porque, a su juicio, "hay muy poco de eso" en la actual normativa.

Además insistió en que es necesario "crear mejores mecanismos de participación para que la gente pueda hacer oír su voz con claridad" y cambiar ciertas funciones o atribuciones de algunas instituciones estatales como la Contraloría General o la Fiscalía entre otros, "que no están funcionando todo lo bien" que él quisiera.

Las protestas se iniciaron el pasado 18 de octubre en respuesta a la subida del precio de pasaje de metro, pero se convirtieron luego en un clamor popular contra el Gobierno y el desigual modelo económico del país.

EFE

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