Kiril, el líder de la iglesia ortodoxa rusa, en Brasil.
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EFE

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El patriarca Kiril aboga por la unión de religiones desde el Cristo Redentor

El líder de la iglesia ortodoxa abogó por una unión con la iglesia católica para detener la persecución a los cristianos en todo el mundo.

El patriarca ortodoxo ruso Kiril abogó hoy, en una ceremonia a los pies del Cristo Redentor de Río de Janeiro, por la unión de todas las personas, sea cual sea su fe, para acabar con los conflictos y la persecución a los cristianos que ocurre actualmente en el mundo.

"Los ortodoxos y los católicos podemos responder conjuntamente a estos desafíos. Con certeza aún tenemos diferencias en doctrina pero podemos combatir conjuntamente para poner fin a la persecución de los cristianos, para poner fin a la descristianización de la civilización humana en el siglo XXI", afirmó en la ceremonia realizada en la cima del famoso cerro del Corcovado.

Kiril, que inició la víspera una visita de tres días a Brasil, dijo que su llamamiento estaba dirigido a todas las personas de buena voluntad, "muchos de ellos pertenecientes a otras religiones, confesiones o que incluso han perdido su fe".

"Necesitamos guardar intacto nuestro sentimiento moral, porque solo la ley moral que fue dada por Dios puede servir para un consenso de la humanidad y puede servir de base para nuestra unión en nombre de un futuro mejor para nuestros pueblos y toda la raza humana", aseguró el principal líder de los ortodoxos en el mundo.

También recordó la necesidad de que los cristianos de hoy en día alcancen el nivel de fe que los cristianos tenían "en los primeros siglos del cristianismo" para que esto acontezca.

Entre las amenazas enumeradas en el discurso, Kiril citó la devastación de iglesias y monasterios con "barbaridad y crueldad terrible" en regiones de "Oriente Medio, norte de África y varios países africanos"; la falta de unión de los países para combatir el terrorismo; el uso del discurso contra el terrorismo para "perseguir otros fines" y el temor de la población a una "gran guerra".

El religioso ruso también se refirió a normas de algunos países que prohíben llevar el crucifijo al trabajo y a lugares públicos, que vetan el uso de la palabra "navidad" o que aumentan los abortos, y de otras leyes que están "perdurando el pecado del hombre" y aumentando el número de divorcios.

El arzobispo de Río de Janeiro, Orani Tempesta, presente en el acto ecuménico, vio en la visita del patriarca de Moscú y de toda Rusia a Brasil (un país de mayoría católica) un "anuncio de unidad y paz", y aseguró que para él es posible el trabajo conjunto para "evitar guerras en el futuro" mediante el respeto de "los unos a los otros".

El patriarca Kiril se reunió ayer en Brasilia con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, en el inicio de su visita de tres días al gigante suramericano, el último de los países de su gira latinoamericana.

Este mismo sábado, tras una visita a un templo ortodoxo en Río de Janeiro y una reunión con el cardenal de esta ciudad, el religioso se dirigirá a Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil y donde encabezará una liturgia magna en la Catedral Ortodoxa Antioquina y visitará la Iglesia Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de la Anunciación.

Según un comunicado del Gobierno brasileño, la iglesia ortodoxa rusa cuenta con 150 millones de fieles en todo el mundo y en Brasil los practicantes están calculados entre 3.000 y 4.000, la mayoría en el estado de Sao Paulo.

El periplo latinoamericano de Kirill incluyó también visitas a Paraguay, Chile y Cuba, isla donde participó el pasado 12 de febrero de un encuentro histórico con el papa Francisco.

La reunión en el aeropuerto de La Habana fue la primera de un pontífice católico y un líder de la Iglesia ortodoxa desde el cisma de 1054.

EFE

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