El Papa Pablo Vi y el arzobispo Arnulfo Romero serán canonizados.
El Papa Pablo Vi y el arzobispo Arnulfo Romero serán canonizados.
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EFE

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El Papa Pablo VI y el arzobispo Óscar Arnulfo Romero serán proclamados santos

Será el tercer pontífice que canoniza el Papa Francisco.

El Papa Francisco promulgó el decreto por el que se reconoce un segundo milagro por la intercesión de Pablo VI, por lo que será proclamado santo, informó hoy la oficina de prensa del Vaticano.

Así mismo,  firmó el decreto del milagro por intercesión del arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero, asesinado en 1980 por los escuadrones de la muerte mientras decía misa, y por el que será proclamado santo.

Aunque no se comunicó la fecha, la canonización del Papa Pablo VI podría celebrarse a finales del próximo mes de octubre en Roma, al final del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, convocado del 3 al 28 de octubre, según adelantó el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.

Pablo VI, cuyo pontificado fue de 1963 a 1978, creó el Sínodo de Obispos, las asambleas de los prelados llegados de los cinco continentes al Vaticano.

Giovanni Battista Montini será el tercer Papa que canoniza Francisco, después de san Juan XXIII y san Juan Pablo II.

El primer milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI, y que le permitió ser beatificado, fue la curación de un feto en los primeros años de la década de los 90 del pasado siglo en California, después de que se diagnosticase que tenía graves problemas cerebrales, pero la madre se negó a abortar y el niño nació sin problemas.

El milagro reconocido en esta ocasión, según han explicado algunos medios, es el de Amanda, una niña nacida el 25 de diciembre de 2014 en Verona (Italia), con apenas 24 semanas de gestación, pero que sobrevivió.

A las 13 semanas la placenta se rompió vaciándose de líquido amniótico por lo que los médicos le aconsejaron abortar, pero la madre se negó y continuó su embarazo.

La del Arzobispo de El Salvador

La beatificación de Romero se había proclamado ya con un decreto en el que se reconocía el "martirio" de Romero "in odium fidei", es decir, que fue asesinado por "odio a la fe" y por tanto sin necesidad de un milagro.

El Papa se reunió ayer con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, para aprobar algunos decretos entre los que también se encontraba el del milagro para la canonización del papaPablo VI.

El mártir salvadoreño monseñor Romero fue beatificado el 23 de mayo de 2016 en la capital de El Salvador ante cientos de miles de devotos y presidentes de varios países reunidos en la plaza Salvador del Mundo.

La beatificación fue oficiada por el cardenal Angelo Amato, el enviado especial del Papa Francisco, quien sí que celebrará la canonización de este santo.

Romero podría ser canonizado en el Vaticano junto con el Papa Pablo VI a finales del próximo mes de octubre en Roma, al final del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes, convocado del 3 al 28 de octubre.

Otra opción sería una posible canonización en El Salvador o en Panamá en enero de 2019, donde Francisco tiene previsto viajar para la Jornada Mundial de la Juventud.

En marzo de 1994 se abrió el proceso de beatificación del prelado y tras concluirse su fase diocesana, que redacta el informe sobre la vida, en 1997 pasó a la Congregación de la Doctrina de la Fe para que diese su autorización.

El proceso vivió una fase de estancamiento hasta que en 2005 la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que continuase, y con la llegada del Papa Francisco en marzo de 2013 ha habido una aceleración de la beatificación de Romero.

La condición de "mártir" fue la que encontró más objeciones durante este proceso pues para un sector más conservador de la Iglesia beatificar a Romero habría sido como llevar a los altares a la Teología de la Liberación, corriente teológica que nació en la Iglesia católica en Latinoamérica, de supuestas ideas marxistas, y que se caracteriza por poner a los pobres en el centro de la Iglesia.

Según esta condición de mártir "in odium fidei", los teólogos no juzgan la posible intención política del asesinato del arzobispo, sino el intento de llegar al amor por la justicia y la predilección por los pobres que Romero manifestaba en su idea de Iglesia, de acuerdo con algunos testimonios recogidos en los fascículos del proceso.

Para la canonización, sin embargo, era decisivo reconocer un milagro por su intercesión.

Según palabras del cardenal Gregorio Rosa Chávez, el milagro atribuido al beato Romero fue la curación de un cáncer incurable de una mujer. 

EFE
 

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