Palacio Nacional de Haití
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EFE.

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Colombianos se defienden de vinculación al magnicidio en Haití

Afirman que llegaron a la casa presidencial cuando ya había sucedido todo, y que fueron contratados a labores de vigilancia contra delincuentes en las calles.

Los 26 exmilitares colombianos arrestados en Puerto Príncipe, capital de Haití, involucrados por las autoridades de ese país en el magnicidio del presidente Jovenel Moise, perpetrado en la madrugada del pasado miércoles; reafirman y claman su inocencia.

Algunos que han tomado la vocería del grupo pidieron a los investigadores judiciales por la revisión minuciosa de las cámaras de seguridad de la casa presidencial, teatro de los brutales acontecimientos

Sostienen que ellos hicieron presencia en el lugar a las 2:40 de la madrugada hora de Haití, y que el presidente fue asesinado a la 1:30 de la madrugada, es decir, una hora y diez minutos antes.

Dicen que estos horarios deben estar registrados en las cámaras de seguridad que hay distribuidas en las afueras y en el interior del lujoso y espacioso inmueble.

Para sustentar su dicho agregan que en efecto ellos llegaron al lugar, pero atendiendo el llamado de una balacera ocurrida en la vivienda, sin conocer más detalles.

Manifiestan que fueron los encargados de brindar los primeros auxilios a la esposa del mandatario, Martine Moise, quien resultó herida, y ahora permanece bajo atención médica y estricta vigilancia en un hospital de Miami, Estados Unidos.

No obstante, este argumento choca con las declaraciones iniciales de los dos estadounidenses de ascendencia haitiana, Joseph Vincent y James Solages, también vinculados al crimen, y quienes fungían de traductores de los colombianos.

Estos dijeron que la ocupación de la mansión presidencial era para capturar a Moise, pero no matarlo.

Los familiares de los exmilitares colombianos han declarado en este país a diferentes medios de comunicación, que a ellos los contrataron para ofrecer un servicio de seguridad en Haití, que eventualmente podría incluir al presidente.

Los contactos se habrían dado a través de la red de mensajería instantánea whatsapp, el mes pasado (junio).

Se les habló de crear un grupo para combatir la ola delincuencial que asola las calles de Puerto Príncipe, con una paga que oscilaba entre dos mil y tres mil dólares mensuales de acuerdo con la especialidad y capacitación militar que tuvieran.

Luego hubo varias reuniones en hoteles y centros comerciales de Bogotá para seleccionar el personal y ultimar los detalles del desplazamiento.

Los viajes se hicieron en pequeños grupos de 4 y 5 personas en rutas Bogotá-Santo Domingo, en República Dominicana; y Bogotá-Ciudad de Panamá, de donde siguieron a la isla quisqueyana, antes de pasar por vía terrestre a suelo haitiano.

A pesar de todo este rosario informativo, aún no hay información oficial sobre los motivos del asesinato, y en especial los financiadores que están detrás.






 

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