China enviará buzos de aguas profundas para tapar las fugas de petróleo.
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China se enfrenta a grave tragedia ambiental tras hundimiento de petrolero

Unas 14 embarcaciones en tareas de limpieza.

Las autoridades chinas luchan hoy por contener la extensión de las manchas de contaminación aparecidas tras el hundimiento del petrolero Sanchi, que han crecido en las últimas horas, poniendo de manifiesto que el país afronta la tragedia ambiental más grave de los últimos tiempos.

La última información divulgada hoy por la Administración Estatal de Océanos indica que hay dos manchas mayores y muchas más pequeñas, según indicó el último comunicado del organismo.

Una de las manchas grandes tiene nueve kilómetros de largo con una anchura de entre 500 y 50 metros, y está situada a dos kilómetros del lugar del hundimiento, mientras que la otra tiene seis kilómetros de largo por uno de ancho.

Según cálculos realizados gracias a imágenes de satélite, hay concentraciones de petróleo en unos 69 kilómetros cuadrados, mientras que en otros 40 kilómetros cuadrados hay presencia "esporádica" de hidrocarburos, añade el comunicado.

Un total de 14 embarcaciones de distintas instituciones chinas están en la zona para tareas de control y limpieza, y se ha instalado una red de 31 estaciones de análisis del agua, algunas de las cuales han detectado la presencia de hidrocarburos.

Por otra parte, las autoridades chinas planean enviar buzos especiales para estudiar el estado del pecio del petrolero y tratar de sellar posibles fugas, según indicaron fuentes del Centro de Rescate e Investigación Marina de Shanghái, que está a cargo de las operaciones, al diario hongkonés South China Morning Post.

El Sanchi se hundió a unos 100 metros de profundidad, por lo que hacen falta buzos con equipos especiales y se va a enviar a barcos mayores para apoyar su trabajo, añadió el diario.

Las manchas pueden verse fácilmente desde los aviones de vigilancia. Las autoridades siguen sin precisar si las manchas proceden de la carga del buque, petróleo condensado y ligero (más sencillo de limpiar) o si es combustible, más complicado de eliminar.

El Sanchi, un petrolero iraní registrado en Panamá, explotó y se hundió el pasado domingo por la tarde, ocho días después de colisionar el día 6 contra el mercante CF Crystal, de bandera hongkonesa, a unas 160 millas náuticas (300 kilómetros) al este del estuario del río Yangtze, junto a la ciudad de Shanghái.

El barco se hundió a unas 100 millas náuticas (180 kilómetros) al sureste del lugar de la colisión.

Tras la explosión, las autoridades chinas suspendieron las tareas de búsqueda de los 29 marineros que seguían desaparecidos, por lo que solo se pudo rescatar los cadáveres de tres de los 32 tripulantes, treinta iraníes y dos bengalíes.

El buque transportaba 136.000 toneladas de petróleo condensado y una buena parte de ese cargamento ardió durante el incendio que consumió durante una semana el buque, aunque otra parte podría haber acabado en el océano.

En la explosión, la proa del petrolero se hundió inmediatamente por lo que, según indicó la organización de defensa del medio ambiente Greenpeace Asia Oriental en su último comunicado sobre este asunto, los depósitos de combustible podrían estar intactos y el fuel podría derramarse en los próximos días.

"Dado que los tanques de combustible en este tipo de buques se encuentran cerca de la sala de máquinas, es probable que se hayan mantenido intactos desde la colisión inicial", apuntó el profesor de la Unidad de Ciencias de Greenpeace International en la Universidad de Exeter (Reino Unido), Paul Johnston.

Por ello, la vigilancia y evaluación por parte de las autoridades es fundamental para comprender el alcance del posible impacto ambiental y para decidir los próximos pasos apropiados en términos de recuperación del derrame.

"Las autoridades pertinentes de China están movilizando fuerzas de monitoreo en el mar y en el aire para detectar la información necesaria sobre la contaminación y estamos dispuestos a mantener la cooperación con las partes implicadas", apuntó hoy en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lu Kang.

Técnicos chinos e iraníes estudian la caja negra del petrolero que rescataron del buque poco antes de su hundimiento, con el objetivo de determinar las causas del accidente.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) pidió este lunes que no se escatimen esfuerzos para limpiar el derrame e hizo un llamamiento "para la movilización urgente de todos los equipamientos disponibles para remover los productos tóxicos y así reducir la amenaza que supone para la vida marina".

"Sabemos que un desastre medioambiental se está desarrollando delante de nuestros ojos. El tanque afectado está perdiendo su condensado, que es tóxico para mamíferos marinos, peces, tortugas marinas y aves marinas", apuntó en un comunicado.

Este mar, explica, es uno de los espacios medioambientales marinos más ricos y productivos que existen en el planeta, y sus aguas son poco profundas, lo que lo hace extremadamente vulnerable al derrame.

En este sentido, Greenpeace Asia Oriental apuntó que el suceso se produjo en un importante terreno de desove para muchas especies comestibles de pesca comercial, como aguilucho, corvina amarilla, carpincho o cangrejo azul.

El área también se encuentra en la ruta migratoria de muchos mamíferos marinos como ballena jorobada, ballena franca y ballena gris.

Se trata de una zona que ya estaba "extremadamente degradada" por el exceso de pesca, indicó por su parte una experta de la Universidad de Hong Kong, Yvonne Sadovy, al diario South China Morning Post, por lo que "la contaminación por petróleo da aún un mayor estrés a un ecosistema marino ya dañado en el Mar Oriental de China".

EFE

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