El cardenal chileno Ricardo Ezzati.
El cardenal chileno Ricardo Ezzati.
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EFE

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Cardenal dice que episcopado chileno desconocía hechos denunciados por el Papa

Francisco reveló los encubrimientos, negligencias y destrucción de documentos relativos a casos de abuso sexual.

El cardenal chileno Ricardo Ezzati dijo este sábado que tanto él como los obispos del país recibieron como "una novedad" los hechos denunciados en una carta por el Papa Francisco sobre encubrimientos, negligencias y destrucción de documentos relativos a casos de abuso sexual.

"Es una novedad para mí, como ha sido una novedad para todos los obispos. La información que recibe el santo padre, gracias a Dios, viene de muchos lugares y de muchas personas y es el conjunto lo que finalmente da la totalidad del conocimiento de las cosas", expresó Ezzati en una conferencia de prensa.

El cardenal regresó en la mañana de este viernes del Vaticano, donde junto al resto de obispos chilenos mantuvo una serie de reuniones con el Papa en el marco de las cuales el pontífice les entregó una carta que contiene parte de la conclusiones de la extensa investigación que realizó el arzobispo maltés, Charles Scicluna, sobre los abusos cometidos por el clero en Chile.

"El Papa ha querido dialogar con nosotros y discernir junto con nosotros sobre un tema que nos aflige, nos avergüenza y lastimosamente tiene como protagonista a algunos ministros de la Iglesia en el ámbito del abuso de poder, del abuso de conciencia y que ha tenido también su expresión en el abuso sexual", dijo Ezzati.

Tras las reuniones, todos los obispos chilenos pusieron sus cargos en manos del Papa Francisco "para que se sienta totalmente libre de tomar aquellas acciones que discierna más oportunas", expresó Ezzati.

Asimismo, dijo que el episcopado chileno pide perdón y que tiene que haber una reparación porque "siempre que el pecado se da requiere una reparación".

"No basta decir perdón, el perdón tiene que tener también actos muy concretos que indiquen ese perdón", manifestó.

El informe de Scicluna, de más de 2.000 páginas, y que recoge el papa en su carta, denuncia "que algunos religiosos, expulsados de sus respectivas órdenes por los abusos cometidos, fueron acogidos en otras diócesis y recibieron encargos que los llevaron a estar en contacto con niños y chicos".

También señala que en las denuncias recibidas por abuso sexual "en no pocos casos se calificaron muy superficialmente como inverosímiles lo que eran graves indicios de un efectivo delito".

Según el documento también hubo "negligencias en la protección de los niños por parte de los obispos y de los superiores religiosos" y "destrucción de documentos comprometedores por parte de encargados de archivos eclesiásticos".

"El Papa nos ha invitado a enfrentar la situación en forma sinodal, compartiendo, escuchando, especialmente lo que el pueblo santo y fiel de Dios nos quiere decir para ir superando estos problemas, que son graves", manifestó Ezzati.

Respecto al tono utilizado por el Papa en su carta, el cardenal chileno dijo que es un lenguaje "claro, explícito, sin tapujos; un lenguaje de claridad evangélica" que frente a un mal, quiere que quienes reciben sus palabras se conviertan al bien.

Francisco convocó a los obispos después de haber constatado que fue mal informado respecto al obispo de la diócesis de Osorno, Juan Barros, a quien acusan de que sabía que el cura Fernando Karadima abusó durante años de menores.

Ezzati dijo que él no dudó de la versión de las víctimas de Karadima, encontrado culpable de abusos sexuales y psicológicos reiterados y que aplicó la resolución de la Santa Sede que lo suspendía de por vida.

EFE

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